ESE DEMONIO ES MIO

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ELICE

No puedo creer que este en el avión de la familia Master's es tan elegante que me siento como en una película y me puedo fácilmente imaginar al padre de Liz en uno de los asientos él era el único que dejaba usar a la familia el avión y sólo en caso que ahorrara algo de tiempo en el trabajo.

Aunque ahora cuando pienso en él solo siento que en realidad no lo conocí demasiado bien.

En el aeropuerto pasó algo muy raro, me registraron como la señorita Master's y bueno yo no era Elizabeth Master's hasta les mostré mi identificación tres veces más para que se cersioraran de que todo estaba en órden al parecer cuando Liz hizo la reserva se dio a entender que sería ella la que viajaría a Paris y bueno no me quejo porque mírenme estoy en un avión viajando a Francia, bebiendo champaña de 500 dollares ¿quién podría quejarse?

Veo mi teléfono y ahí esta otro mensaje de Mario.

**¿Como estas el día de hoy?

Me ha mandado mensajes invitándome a salir, aproximadamente hace un par de semanas al parecer le pidió mi número a Elizabeth la última vez que fue a las carreras y platicamos porque el chico me ha insistido, hasta me invitó a salir en una cita...

Pero yo no le he contestado, al menos ahora puedo decir que estoy en otro continente como excusa, si eso mismo haré.

En medio de todo esto recuerdo el motivo del viaje y sé que esta reunión es muy importante conecta la producción del extranjero con la empresa de Estados Unidos y me siento como si debiera de interpretar el papel de heredera, lo cual no soy.

Solo soy la amiga con suerte de una chica que esta muy ocupada para venir en persona, por lo que me siento fuera de lugar e incómoda la mayoría del tiempo.

La gente siempre te juzga y te pregunta cual es tu apellido como si sabiéndolo supieran cuanto vales en dinero y no por ser quién eres, aunque a estas alturas creo que ya sólo me queda acostumbrarme.

De pronto cuando el piloto pone la señal de "cinturón de seguridad y me dan el aviso de aterrizaje" eso es lo que me trae de vuelta a la realidad en mis ensoñaciones veo como la azafata que me dio la champaña corre hasta la zona del piloto y de inmediato siento que algo va mal.

Para este viaje me vestí como una verdadera heredera y bueno a quién engaño siento que no sé como usar realmente un sombrero Fedora como este, hasta me traje un par de gafas que nunca uso, fueron un regalo de Liz el día de mi cumpleaños pero siento que no soy yo misma al usarlos.

En mi mente parezco una chica Bond en una misión secreta cayéndose de a poco de su papel.

Oigo como hablan en la cabina de mando y ahí mismo mi corazón hace lo que hace siempre al subirme a un avión empieza a recordar cada elección que me ha llevado a este momento y empiezo a aferrarme al asiento, volar o mejor dicho aterrizar no es lo mío.

Afortunadamente el avión se estabiliza y al ver por la ventana espiando con un solo ojo alcanzo a ver como ya estamos en el suelo.

Al fin aterrizamos.

Respiro y sigo hasta que creo que si que esta pasando algo malo porque nos guían por todo el espacio aéreo hasta que unos diez o quince minutos más tarde el avión se detiene por completo.

Agarro mi bolso de mano y como no quiero que me vean la cara de mareo que tengo me pongo los lentes oscuros.

El piloto de repente se moviliza y junto al Copiloto y la azafata se bajan del avión antes, nunca habia viajado en este tipo de aviones de lujo pero cuando voy por la escalera veo a alguien muy conocido a lo lejos, agarro mi celular y mando un mensaje a Liz.