Capítulo 16

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Sirius no se consideraba una persona estúpida, es más se creía bastante listo y capaz de entender las cosas, entonces no sabía cómo no se lo había visto venir, estaba claro que el maldito doncel huiría en cuanto pudiera y la culpa era del maldito ministerio, es que ¿no había visto la que habían liado en las bodas?, estaba claro que no iban a dejar que los controlaran más.

-¿Dónde coño están?- grito Tom a su lado consiguiendo que los miembros del consejo tartamudearan.

Sirius sabía que con el joven Marvolo no habría problema para que esos viejos hablaran.

-Todavía no sabemos nada- contesto uno de los ancianos- pero creemos que se han ocultado en el norte, es el lugar donde las tradiciones son menos importantes debido a la influencia de los países nórdicos. 

-¿Y cómo pensáis traerlos de vuelta?

-No tenemos pensado traerlos de vuelta- hablo Abraxas- no todos han huido por lo que se volverá a hacer una Caza.

-¡No puedes hacer eso!-grito Remus.

-Podemos y lo haremos, además creemos que el que hayan escapado es lo mejor que ha podido pasar, así nos deshacemos de los parias de la sociedad.

Sirius agarró a Remus en un intento de evitar que se lanzara sobre el rubio. El moreno le dirigió una mirada enfadada pero continuo en silencio era absurdo intentar llegar a una solución con gente como ellos, inútiles cabezotas.

-Esta bien- pronunció Tom- será o que vosotros deseéis, al menos, ¿podemos saber dónde están? 

El rubio le dirigió una mirada de asco y negó con la cabeza, Tom simplemente asintió y salió del lugar seguidos de los demás hombres que habían perdido a sus parejas.

Caminaron en silencio durante varios minutos en silencio hasta que llegaron a la casa del chico, en donde ocuparon el salón completo.

-Más vale qué tu idea sea buena- hablo Rodolphus, el cual había intuido que el mayor planeaba algo, no era normal que hubiera actuado tan tranquilo ante la negativa del consejo.

-Claro que lo es- contesto Tom-  no me subestimes. Primero necesitamos saber donde se encuentran esos problemáticos y luego contactar con ellos.

-Nos van a mandar a la mierda- puntualizó Remus.

-¿Entonces tenemos que evitar que lo hagan?- puntualizó Tom- alguna idea.

-Se supone que la idea la tenía tú- protesto Rodolphus.

-Para conseguir su localización, me resulta imposible pensar algo que contente a esos locos.

-Estamos jodidos.



Severus se había levantado ese día con un mal presentimiento propio de cuando vivía en la Hilandera y su padre salía a la taberna.  Se vistió con la sensación de incomodidad en su cuerpo y salió rumbo a la posada con rapidez, solo quería llegar a aquel lugar cuyo ambiente cálido le envolvía con seguridad.

El pelinegro cruzó las puertas de madera con seguridad saludando a sus compañeros con una sonrisa y escapándose a la cocina para darle los buenos día a Lucius el cual se encontraba verdaderamente sensible por el embarazo.

-¿Alguien más siente que hoy va a pasar algo malo?-pregunto Bellatrix mientras intentaba atar la cinta en su corto cabello- juro que voy a vomitar como siga con este nerviosismo.

-¿Tú también?- cuestiono Thomas- Arthur lleva toda la mañana igual.

-No vamos a cerrar hoy- interrumpió Frank.

-Mierda, el plan no ha funcionado- se burlo la morena- gracias por ayudarme.

Thomas le sonrió tímidamente, se había acostumbrado a participar en las bromas de la joven dejando de lado ese carácter tímido común en él.

Severus suspiró por un momento de verdad creía que no solo él sentía el malestar, quizás solo era que se había levantado con el pie izquierdo.

El día en la posada transcurrió con tranquilidad debido a la poca afluencia de clientes, ese día las mayoría de barcos zarpaban así que todos los huéspedes que se habían alojado dejaban el lugar y grandes cantidades de dinero por su estancia.

El pelinegro permaneció durante todo el día sintiendo esa incomodidad pero cuando el sol empezó a ocultarse esta desapareció, el día había pasado sin mayor incidente que un cliente que había intentado tocar el culo de Bellatrix ganándose un fuerte puñetazo en su cara.

 La puerta volvió a abrirse con un leve estrépito llamando la atención del doncel que pasaba la escoba mientras tarareaba una alegre melodía, esa noche celebraban el éxito del negocio e iban a estar todos juntos.

-Lo sentimos pero la zona del restaurante esta cerrada- comenzó a hablar sin girarse- si desean registrase para una habitación es en la otra puerta.

Severus sintió como unos brazos le envolvían fuertemente y cuando se giró unos dulces labios se juntaron con los suyos.

-Hola cariño- saludo Sirius- te he echado mucho de menos.

-Mierda-susurro Arthur ante la vista tras salir de la cocina junto a los demás- estamos jodidos.

Los minutos pasaron en silencio, observándose unos a otros pendientes de cualquier movimiento de la pareja que permanecía unida por el brazo.

Severus sentía su corazón latir fuertemente, los fuertes brazos del chico le envolvían con fuerza permitiendo sentir sus músculos, el olor a cigarro era fuerte pero no desagradable y su aliento golpeándole el cuello provocaban un leve sonrojo, entonces su mirada se dirigió a la cocina, más exactamente al rubio que acababa de salir y agarraba fuertemente su barriga.

-Lucius-grito llamando la atención de los presentes y consiguiendo que todos le rodearan.

El rubio se mantuvo en silencio tras Bellatrix, la morena desprendía un aura de peligro que por algún extraño motivo le transmitía seguridad.

-¿Por qué estáis cubriéndolo?- pregunto Remus con voz elevada- ¿le ocurre algo?

-Más importante- interrumpió Rabastan- ¿por qué coño trajisteis a Nott y Crouch con vosotros y a nosotros no?

-¡Porque ellos no son unos imbéciles que se quedan callados cuando obligan a sus parejas a ser un horno de bebés!- grito de vuelta Arthur.

-Necesitábamos tiempo para pensar un plan- intervino Tom.

-No había tiempo- le refuto James- precisamente nosotros éramos los que más presión sufrían...

-Y todo porque eres el jodido campeón- continuo Regulus.

-¿Por qué coño esta Lucius oculto?- siguió insistiendo Remus.

-Porque esta embarazado gilipollas- grito Bellatrix.

-¿Es mío?- pregunto tras segundos en silencio incapaz de procesar la información.

-No es de Severus- le contesto con sarcasmo el rubio- ¿eres imbécil o te lo haces?

-¿Cuándo pensabas decírselo?- reprochó Sirius-y a vosotros, ¿os parece bien mantener esto en secreto?

-Tú no te metas- le dijo Peter interviniendo por primera vez pero sin soltar el brazo de su esposo- no eres nadie para opinar.

Los gritos comenzaron a elevarse entre insultos y reproches.

-¿Qué ocurre?- pregunto Frank saliendo de la puerta de servicio que conectaba el restaurante con la zona de administración- los huéspedes se están quejando debido al ruido.

El moreno se paralizó al ver a los inesperados invitados y solo pudo llegar a pensar una cosa, ¿cómo iban a salir de ese problema?



Donceles Salvajes (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora