Capítulo 19

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-¿Quieres dejar de lanzarme fruta?- suplicó Rabastan- la naranja casi me deja ciego.

-Un pequeño error que no volveré a cometer.

Rabastan bufo y continuó rodeando el frondoso roble en un intento de cazar al doncel que se escapaba de sus dedos con agilidad.

-Ya has perdido, te he encontrado.

-Me tienes que atrapar- protesto- esto no es el escondite, no sirve con verme.

-Frank, en serio, para- ordenó- estoy bastante cansado como para jugar.

El moreno frunció el ceño y le lanzó un plátano un poco pasado que encontró al fondo de la mochila, estaba guardando la única manzana que tenía para cuando pudiera asegurarse de darle pues hasta ahora solo había acertado con la naranja de pura suerte.

-¡Deja de tirarme cosas!- continuo protestando.

-Entonces deja de actuar como si nada fuera importante- contesto con el corazón encogido.

-¿Cómo?

-Deja de actuar como si todo fuera un juego. Vienes aquí y crees que te voy a seguir de vuelta con los ojos cerrados y tener niños sin parar, después de todo ya no hay peligro, ¿cierto?. Pues no, joder, no quiero sentir como me hincho poco a poco por algo que no puedo controlar y que va a cambiar mi vida por completo, pero a ti eso te importa una mierda porque te pasarás todo el maldito día en tu estudio olvidándote de nuestra existencia- las lágrimas caían fuertemente por sus mejillas con cada palabras- no creas que voy a vivir esa mierda, se lo que es y me niego.

-Frank-susurró.

-Te encontré entretenido al principio, no lo niego, un chico como tú era alguien especial sin duda por eso no entiendo, ¿cómo puedes quedarte de brazos cruzados cuando a tu esposo lo tratan como un objeto?-retiro las lágrimas de sus ojos con furia- se que no hay amor pero esperaba que si cariño.

-Yo...-intentó justificarse.

-Tu nada Lestreage- interrumpió- no me jodas más y piérdete.

Frank pasó con fuerza las mangas de su chaqueta por sus ojos y se alejó del joven con la cabeza alta y con el pecho levemente dolido, quizás si le afectaba separarse de él. Rabastan agarró su brazo permitiéndose acercarlo hasta que si mejilla se encontrara apoyada en su pecho. Durante uno minutos tuvo que ejercer la suficiente fuerza para evitar que el doncel escapara pero eso no evitó que disfrutara de la suave figura pegada a él.

-No te pienso dejar- le susurro al oído- me has cambiado la vida. Ya no puedo dormir sin tu cuerpo junto al mío, ya no aguanto el silencio debido a que me he acostumbrado a tus constantes charlas, ya no puedo vivir sin ti. Se que te he decepcionado pero no volverá a pasar, encontraremos una solución a esto, juntos, lo prometo.

Frank sintió como sus barreras caían antes las palabras de su pareja.

-¿Cómo pueden confiar en ti?- pregunto sin alzar la cabeza-¿Cómo se que no te quedarás al margen de nuevo cuando volvamos?

-Fue un acto cobarde, lo se, pero ahora tú estarás a mi lado para ayudarme a avanzar.

El doncel le miró con una tímida sonrisa que mostraba todos sus sentimientos así como la aceptación y la promesa de una segunda oportunidad, solo esperaba no haberse equivocado.


Tom nunca imaginó verse en aquella situación, muchos menos cuando sus dos donceles habían aprobado la segunda Caza con tanto fervor.

-Entonces-continuó hablando Regulus sin dejar de mover sus caderas- ¿en qué habíamos quedado?

El joven quiso contestar sin suerte pues James impedía que se alejara de su miembro y de otorgarle placer.

-Creo que en que no volverá a jodernos- contestó en su lugar el doncel moreno con una sonrisa- y que contará con nosotros no solo en la cama.

-Cierto, cierto- Regulus gimió fuertemente cuando consiguió tocar el fondo de su interior- quién sabe, quizás si nos hubieras contado que buscarías una solución ahora estaríamos haciendo esto en nuestra cómoda cama y no en medio del bosque.

Tom quiso protestar sin éxito, ellos no le habían dado tiempo a nada, cuando quiso hablar con ellos ya habían desaparecido. El chico solo pudo mantenerse en silencio y disfrutar de los cuerpos sudorosos de sus parejas y los gemidos que estos profesaban.
Regulus y James llegaron juntos con profundos gemidos que apagaron en un fogoso beso, luego se alejaron del chico y se tumbaron a su lado. Tom les miró sorprendido, el no había llegado al clima.

-Ni se te ocurra decir nada- dijo Regulus al ver que este intentaba protestar- esto será parte de tu castigo.

Para sorpresa de ambos Tom soltó una fuerte carcajada, estaba empezando a amar con verdadera intensidad a esos dos locos.

-Prometo intentar no cagarla de nuevo, al menos no tanto para que huyáis a la otra punta del país.

-Buen chico- contestaron ambos donceles mientras besaban su mejilla con ternura- buen chico.

-¿Vosotros os estáis quedando conmigo?-pregunto Artur- porque no entiendo entonces para que cojones habéis montado la que habéis montado.

Las parejas frente a él ocultaron sus caras cubiertas de un sonrojo propio de la vergüenza que sentía en aquel momento.

-No ha sido para tanto- intentó defenderse Sirius.

-La Caza no ha durado ni 24 horas- siguió quejándose el pelirrojo- y todo para acabar como al principio.

-Bueno-interrumpió Lucius- todavía quedan Bella y Rodolphus.

-Siento discernir-puntualizó Bartolo intentando aguantar la risa- pero en tu casa se escuchan sonidos de los más obscenos, creo que no podrás volver a usar ese sofá nunca más.

Lucius sintió que su alma se iba al suelo, adoraba aquel mueble.

-¿Y ahora qué?- pregunto Peter-¿volvemos o nos quedamos?

-Si volvemos tendremos que enfermarnos a los ancianos- informó Tom- y si nos quedamos podemos provocar problemas a los habitantes de la zona.

-Entonces solo nos queda volver- dijo Severus- y demostrarle a esos viejos que ya no tienen el control absoluto sobre nosotros.

-Tenemos más o menos un plan pensado- informó Tom.

-Creo que no has entendido lo que ha querido decir Severus cariño- interfirió Regulus- nos encargaremos nosotros, los donceles.

-¿Como?- pregunto desconcertado.

-Lo que has odio amor, lo que has oído.

Donceles Salvajes (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora