Capítulo 20

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Severus analizó a la dulce niña sorprendiéndose de que algo tan bello fuera pariente del ministro.

Hacia tan solo una semana que habían recogido las pocas pertenencias que tenían para volver a la capital en donde se encontraron con un séquito de guardias postrados en el muelle a su espera.

Los habían guiado a través de las calles, formando una perfecta muralla para evitar su huida, y los habían dejado tras las puertas de la mansión Grindelward.

-¿Vosotros queréis acabar conmigo?- pregunto el ministro con desesperación-¿Por qué habéis vuelto?¿Qué queréis?

Severus no presto atención a las palabras del hombre y continuó observando a la pequeña. Su rostro era hermoso gracias a las pecas que cubrían su nariz y a los enormes ojos que brillaban producto de la curiosidad.

-Hermosa hija- interrumpió entonces Severus la conversación que se había convertido en una discusión a gritos-¿qué edad tiene?

-¿A qué viene esa pregunta?

-¿Sabe cuanto costará volver a la antigua normalidad?- continuo- Por muchas vacunas y aumento de índice de natalidad no somos muchos, el número de donceles y mujeres no es lo suficientemente elevado, pero si tenemos en cuenta aquellos en periodo fértil es diferente.

-Ariadna cariño- llamo Gellert a la pequeña al ver por donde iba la conversación- porque no sales al jardín a jugar con tus muñecas.

La pequeña asintió cona cabeza y, tras alisar la falda se su vestido, salió de la sala entre pequeños saltos y bajo la atenta mirada de los criados.

-¿A dónde quiere llegar?- pregunto el ministro espero que tengas un buen argumento para separarme de mi hija ahora que por fin está en casa.

-¿Cuánto cree que tardarán en llamar a su hija para un proceso de selección?- Severus permanecía tranquilo mientras hablaba a pesar de las durezas de sus palabras- Debo suponer que ronda sobre los cinco años, probablemente le de diez más, eso claro si el consejo no se impacienta.

Los presentes le miraron en silencio.

-Obviamente por aquel período usted ya no será ministro- prosiguió- porque se dará cuenta de lo que ocurrirá y los ancianos le quitarán del medio, no tendrá ni voz ni voto y su hija, al igual que nosotros, será usada como carne de cañón con un único fin, dar a luz.

-No lo permitiré- protesto con seriedad.

-Y por eso te quitarán del medio- contesto mientras recargaba su cabeza en el hombro de su pareja- vivo o muerto, dará igual pero se aseguraran de que no intervengas.

-El consejo no hará eso.

-El consejo hará lo que les de la gana- Severus se mantenía serio a pesar de su postura relajada- como llevan haciendo toda la vida o crees que Lucius es el único bastardo de un alto cargo, puede que su caso saliera a la luz debido a los testigos, pero sin esos terceros ojos... Puedo asegurarle que en la Hilandera hay más sangre noble que en todo el centro de Londres.

-¿Qué propones entonces?

-Veo que ya nos vamos entendiendo. Frank- llamo- tu turno.

El moreno se incorporó alejándose del calor corporal que le brindaba Rabastan, su mirada demostraba la fiereza propia de un depredador ante su presa.

-El consejo es una gran fuerza de poder político en el pais- comenzó- pero el problema es que no ha sido elegido, sino que se les ha otorgado su cargo por linaje sanguíneo.

-A pesar de eso el peso político reside en la cabeza del ministro- interrumpió Gellert.

-Eso es lo que se le dice al público- interfirió esta vez Regulus mientras cogía papel y bolígrafo para dibujar varias gráficas- si tenemos en cuenta el peso de un voto tuyo y uno del consejo el porcentaje va a nuestro favor pero si sumamos los de todos y cada uno de los ancianos la oposición nos supera por cerca del 64%.

Gellert observó los porcentajes en silencio.

- Si eso datos son ciertos el consejo a estado manejando Londres a su antojo desde hace décadas.

-En efecto- volvió a hablar Frank- estamos hablando de un poder descomunal.

-¿Y qué podemos hacer?

-Destituirlos- prosiguió el moreno- conseguir unas elecciones no solo para ministro sino para los miembros del consejo, que nos representen gente que nosotros elijamos, que sepamos que nos protejan y no solo hombres, mujeres y donceles también.

-Ese es un plan idílico, imposible de llevar a cabo.

-Hay es donde te necesitaremos. Necesitamos crear presión social mediante una revolución.

-Manifestaciones-expecifico James.

-Exacto- apoyo Frank- pero la libertad de expresión fue censurada tras las protestas de la primera Caza. Necesitamos que te muevas en las sombras evitando cualquier ataque contra nosotros.

Gellert se mantuvo en silencio con la mirada perdida y la mano fuertemente envuelta en la de su pareja.

- Para que yo colabore el consejo no puede tener duda de vuestra lealtad al gobierno actual, se supone que está reunión es para convenceros de quedaros embarazados lo más pronto posible, si ven que os negais os pondrán en el punto de mira y no hará falta investigar demasiado para que la pista les lleve a mi, entonces puedo asegurar que me quitarán del medio pero no de manera pacífica.

-¿No podemos fingir problemas de fertilidad?- sugirió Bellatrix.

-Seria demasiado sospecho viniendo de vosotros- contesto el mayor- se os tiene en el punto de mira.

-Entonces no queda otra solución- finalizó Severus.

Los donceles salieron del salón tras sus parejas con una postura sumisa y la mirada baja.

Abraxas Malfoy se encontraba frente a ellos en representación del consejo.

-Problema solucionado- anuncio Gellert con una radiante sonrisa en su cara- han accedido a colaborar con el proyecto de natalidad empezando esta misma noche, en menos de un mes tendremos una nueva generación.

-Perfecto- pronunció Abraxas.

Severus se mantuvo con la cabeza baja pero no pudo evitar que una sonrisa se escapara durante apenas unos segundos, la revolución acababa de empezar.

Donceles Salvajes (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora