Donceles Salvajes (Harry Potter)

Capítulo 17

La mesa se encontraba repleta de comida que, aunque no era típica de la que acostumbraban, desprendían un olor delicioso.  Los presentes se habían sentado enfrentados unos a otros, a excepción de las dos parejas que habían huido juntos y presidían el lugar mediando entre los demás.

-¿Cómo nos habéis encontrado?- pregunto Frank, el cual había sido elegido como representante de los donceles y mujeres debido a su capacidad de liderazgo.

-Eso no es un tema importante actualmente- contesto Tom- lo importante es por qué huisteis sin nosotros.

-¿Que esperabais pedazo de gilipollas?-interrumpió Bellatrix ganándose un reproche de sus compañeros.

-Perdonad las palabras- dijo Frank- se han quedado cortas para describiros. No se qué esperabais que hiciéramos pero nosotros teníamos muy claro que ya habíamos pasado por suficiente mierda, y...-comenzó a sollozar- no nos apoyasteis. 

-Nosotros...-intento refutar.

-Se lo que nos vais a decir-interrumpió- que es imposible que nos queramos, que solo seguís ordenes como en La Caza, pero debéis entendernos, a nosotros son a los que han tratado como trofeos y creíamos que el poco tiempo que pasamos juntos servía para al menos conseguir complicidad. 

-Queríamos hacer algo, en serio pero...

-Pero la idea de veros embarazados nos volvía locos- interrumpió Remus- ver que sois completamente nuestros y presumiros es verdaderamente erótico.

Los chicos miraron a sus todavía parejas con interrogación obteniendo una afirmación tímida de todos.

-Definitivamente sois unos cabrones- volvió a interrumpir Bellatrix- y animales.

-Entonces, ¿para eso habéis venido?- hablo por primera vez Lucius- para preñarnos y presumir cuando tengamos barriga. Tu no digas ni una palabras- finalizó señalando a Remus.

-No. El consejo ha descubierto donde estáis y en lugar de haceros volver nos obligaran a participar en otra Caza con aquellos que salieron libres- Tom espero unos segundos buscando las palabras adecuadas- no queremos eso, os queremos a vosotros así que os pedimos que volváis con nosotros, por favor. 

-Irse a la mierda.

-Por favor Frank- suplicó Rabastan- darnos una oportunidad, por favor. 

-No.

-O si- interrumpió Severus sorprendiendo a sus compañeros-sinceramente estar con Sirius fue entretenido y llegue a cogerle cariño, quizás podemos darles una segunda oportunidad.

-¿Qué dices Severus?- le preguntó alarmado Frank.

-Que hagamos una segunda Caza pero al contrario.

-Explícate- ordenaron interesados.

-En nuestra Caza no respetaron el tiempo de salida, tenían dispositivos de rastreo y supervivencia avanzados, Tom incluso sabía si había cerca una mujer o doncel- tomo aire- esta vez no habrá nada de eso, será con las mismas condiciones.

Los allí presentes hablaron en grupo durante unos minutos sopesando los pros y contras ante tal idea, la verdad es que una parte de ellos quería volver pero no lo podrían fácil.

-Aceptamos- dijeron- pero, ¿qué ocurrirá con Lucius? 

-Participara, pero llevará un comunicador con él que usara en caso de problemas- explicó el pelinegro- conocemos la zona así que no habrá problema para encontrarlo, además esos cuatro serán los jueces por lo que estarán pendiente de él.

Remus acepto a regañadientes, la idea no era idónea pero teniendo en cuenta que su embarazo apenas estaba en el primer trimestre no habría problema.

-Trato hecho- finalizó Tom estrechando la mano de Frank- pero tenemos que finalizarla antes de que el consejo comience la suya, sino todos estaremos en problemas.

La segunda oportunidad había sido dada y el tiempo apremiaba, las miradas de fiereza y decisión estaban plasmadas en los ojos de todos, entonces Arthur vomito sobre Barty.

La noche había caído hace apenas una hora permitiendo que la oscuridad inundará el lugar.

Severus se ajustó la mochila para que le permitiera correr sin problema, a su alrededor sus amigos charlaban en la búsqueda de tranquilizar los nervios, ninguno pensaba que volverían a pasar por algo como la Caza de nuevo.

-¿Estamos seguros de esto?- pregunto Bellatrix- conocemos la zona como la palma de nuestra mano, será imposible que nos encuentren a menos que queramos.

-Esa es la idea- hablo Severus- los que quieran volver con ellos simplemente tienen que dejarse cazar, aunque sinceramente espero que primero les hagáis sufrir un poco.

-Ten eso seguro- afirmó Lucius- Remus va a arrepentirse de sus palabras.

Las risas inundaron el lugar pero en vez de ser reconfortantes simplemente mostraba a unos jóvenes temerosos e inquietos.

-Siento interrumpiros- hablo Arthur con una sonrisa, su belleza había aumentado desde el momento en que se enteró de su embarazo-pero es la hora.

Los jóvenes se dieron un abrazo grupal y salieron del pueblo camino a las montañas, la zona no era la idónea para realizar un Caza por lo que sería complicado ocultarse.

Bellatrix espero a quedarse sola y dio media vuelta, toda la zona estaba permitida y en ese perímetro entraba el pueblo así que, ¿por qué no ocultarse en su casa tranquila y calentita?

Atravesó la puerta en silencio y lanzó la mochila sobre el sofá. Con tranquilidad fue hacia la cocina y cogió las cerillas para encender en candil de la sala, siempre había preferido la tenue luz de las velas.

-¡Me cago en todo!-grito cuando, al encender la luz, observó a Rodolphus sentado sobre su sofá.

El chico le sonrió con burla y se levantó acercándose a ella para cogerla de la cintura y besarla profundamente, Bellatrix, todavía en shock, simplemente se dejó hacer.

-Eres previsible querida- le dijo.

La chica le miro enfadada y aparto la cara cuando intento volver a besarla.

-Me importa una mierda que me hayas encontrado- le dijo seria- si volver contigo implica quedarme embarazada me niego.

-Tranquila, por mucho que quiera verte llena de mi- comenzó ganándose un golpe- me niego a tener que cuidar a mocosos gritones tan pronto. Ya encontraremos una solución, mientras tanto, ¿que te parece si practicamos como crearlos?.

Bellatrix intento aguantar una carcajada sin éxito para posteriormente lanzarse sobre el chico, estarían bastante tiempo solos debido a la Caza por lo que debían aprovechar que estaban en un lugar cómodo para disfrutar de la intimidad.