Diggory veía el mundo cabeza abajo y no porque este fuera un problema o porque se encontrará en una situación peliaguda sino porque, literalmente, su mundo estaba boca abajo.
No sabía en qué momento había acabado así, simplemente recordaba dar un paseo admirando la vegetación de aquel bosque y luego un tirón en su tobillo. Le había costado varios segundos asimilar la situación, su tobillo empezaba a doler y, a lo que suponía, echar sangre pues el frío líquido se deslizaba por su pierna a través del pantalón.
Aun así nada importaba, su mente ahora solo se centraba en aquel doncel de cabello rubio ceniza y ojos soñadores.
La familia de Amos se dedicaba a estudiar los datos de natalidad de mujeres y donceles codo con codo al ministro desde generaciones pasadas, sus capacidades con los números eran envidiadas y les habían otorgado un elevado estatus en la sociedad a pesar de que su nivel económico no se acercaba al de las grandes casas. Esas ventajas le habían proporcionado al joven dos cosas importantes, la oportunidad de participar en La Caza y el conocimiento del porcentaje de posibles parejas con respecto a cada hombre.
Amos lo había calculado milimétricamente y, teniendo en cuenta el porcentaje de donceles y mujeres que participaban, así como de aquellos que conseguían salir libres y los dos otorgados al campeón, sumado a su nula capacidad de supervivencia, la posibilidad de que encontrara pareja era de 0, era incluso posible en un 99% que no se encontrará con ninguna presa. Pero allí estaba, delante de esa belleza de delicadas curvas.
-Hola- saludo con voz tímida- ¿Me ayudas?
-No- dijo con una sonrisa y comenzó a caminar alejándose del joven.
-¡Espera, espera!- llamó- no puedes dejarme aquí, me va a dar algo boca abajo, creo que empiezo a ver borroso.
El doncel paro y se giro a mirarle, lentamente se acercó a él con una sonrisa y le golpeo suavemente el hombro provocando que se balanceara.
-Sería absurdo liberarte una vez te he capturado- explico- además la cuerda no tiene mucha resistencia, te caerás en 5 o 10 minutos.
-Para ese entonces no aguantaré, toda mi sangre se acumulará en la cabeza.
-Entonces te aconsejo que empieces a hacer abdominales.
-Por favor- suplicó- ya no me siento bien, creo que voy a vomitar.
El rubio miró al hombre con las lágrimas saltadas y la cara cada vez más roja. Con un rápido movimiento de muñeca corto la cuerda provocando que el chico callera golpeándose fuertemente.
-Joder- protesto.
El rubio se acerco y agacho junto a Diggory apartando los mechones que caían por su frente, el joven desprendía una ternura impropia de la gente de su clase.
-Soy Xenophilius- saludo mientras besaba sus labios semiabiertos en busca de aire- no lo olvides.
Amos continuó tirado en el suelo soportando el fuerte dolor de su espalda y apenas viendo más haya de colores difusos pero la sensación de sus labios no desaparecía, el dulce cosquilleo y calor que se deslizaba bajo su piel acelerando su corazón se mantenía como si su cuerpo le perteneciera.
-Mierda- maldijo, esperaba que ese rubio no fuera el que tenía prendado a Lupin sería un problema con un 1% de posibilidades de que consiguiera al doncel.
Con decisión se levantó, un 1% era mucho mejor que nada. Con eso en mente comenzó a caminar en la misma dirección que había tomado Xenophilius, si se daba prisa lo alcanzaría, ese extraño doncel tenía que ser suyo.
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El pelirrojo miraba al hombre frente a él.
-¿Te estás quedando conmigo?- pregunto- y no es broma, lo estoy preguntando muy enserio.
El pelinegro no se digno a contestar y continuó andando, el doncel no se lo pensó dos veces y le comenzó a seguir continuando su interrogatorio.
-Entiendo que no soy una belleza- prosiguió- pero ya han pasado tres días, a este paso si te encuentras con otra presa será un milagro.
-No me interesan los donceles-contesto sin mirarle.
-Ya entiendo, te da miedo que tu pareja tenga el pene más grande que tú - se burlo- tranquilo el de los donceles es muy pequeño, aunque... viendo cómo te niegas quizás sí que sea más grande.
El pelinegro golpeó al menor provocando que cayera.
-Más quisierais vosotros asquerosos donceles tener la mitad de pene que nosotros.
El pelirrojo comenzó a reír en el suelo sujetando su mejilla.
-Con que es eso- dijo entre risas- que pasa papá y mamá te han enseñado que un doncel es la mierda de la sociedad, por eso no quieres uno, porque papi y mami te han dicho que solo valen las mujeres.
El pelinegro se lanzó con los puños en alto sobre el doncel con la intención de golpearle pero este fue más rápido y lo esquivo.
-Pelea como un hombre- ordenó.
-Veras querido, es que no soy un hombre.
-Cierto- confirmo- eres un error de la naturaleza.
El pelirrojo salto sobre él y lo tumbó sobre el suelo inmovilizandolo.
-Soy Arthur Weasley- comenzó- si soy mujer, hombre, doncel o lo que me salga de los cojones no te importa, es mi vida, que tú seas un intolerante de mierda no es mi culpa.
El pelinegro intento levantarse sin éxito mientras gruñía como un animal.
-Quitate de encima mía anormal-ordeno.
Arthur río y dirigió una de sus manos a la entrepierna del pelinegro.
-No creo que quieras que me levanté- se burlo- tu amiguito está muy feliz de verme.
El chico sintió como su pene era agarrado con fuerza y gimió. Su mente se comenzaba a nublar.
-Por favor- suplicó- si no encuentro a una mujer seré desheredado.
El pelirrojo sonrió con ternura.
-Tienes miedo, miedo de traicionar a tus padres, ¿Verdad?- dijo con cariño- ¿En serio quieres una mujer?
El pelinegro comenzó a llorar y se tapó los ojos con el brazo, nunca nadie le había hablado y acariciado con tanto cariño.
-No- susurró- joder no, quiero el doncel de nariz prominente y hermosos ojos que vi el primer día.
Arthur se apeno de él, el chico estaba destrozado.
-¿Por qué no lo reclamaste?
-Porque viviríamos en la mierda, joder- respondió sin dejar de llorar- que puedo ofrecerle a mi pareja si me lo quitan todo, si pierdo mi apellido y me hundo en la miseria.
-Amor- contesto- vengo de la Hilandera, al igual que ese doncel que te encandiló, lo sé porque los rasgos de Severus son únicos- rio- venimos de la mierda como tú dices y sabemos que lo único importante es el amor.
El chico continuo llorando sin contestar.
-¿Cómo te llamas?
-Nott- susurro- Thomas Nott.
-Thomas- llamó- no eres mala persona, solo te han educado mal, déjame ayudarte.
Nott sintió como los labios del pelirrojo se juntaban en una caricia con los de él y luego una hermosa sonrisa tranquilizadora bajo un mar de pecas.
Thomas asintió con la cabeza y dejó que el doncel le volviera a besar, esta vez más intensamente.-Yo te cuidare Thomas- susurraba mientras lo desnudaba lentamente- yo te enseñaré lo verdaderamente importante de la vida.
Y en ese momento por primera vez en la vida un doncel había actuado de cazador.
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Donceles Salvajes (Harry Potter)
FanfictionLa epidemia acabo con casi todos los donceles y mujeres del mundo, la raza humana ahora juega con su supervivencia,la solución es simple. La caza se convierte en el evento del año en el cual los hombres más influyentes del mundo buscan a su pareja e...