-¡Me niego a quedarme preñado!- gritó atrayendo la atención de todos los presentes- es que como te acerques a mi con esa intención te mato.
Severus se mantenía de pie con las manos apoyadas sobre la mesa y mirando desafiante a su pareja, no le importaba que todas las grandes casas le miraran atentamente, ni que el elegante esmoquin se manchara de ese vino tinto tan asqueroso.
-Señor Black- comenzó el ministro cuyo parecido era identico al de Lucius- le aconsejo que controle a su pareja.
-¡Vete a la mierda copia barata de Lucius!- intervino Bellatrix- la monada tiene razón, ya no hay problema con el virus, ¿por qué coño tenemos que haceros caso?
Severus sintió su cara sonrojarse, a lo largo de los primeros meses había podido coincidir varias veces con los amigos que había formado durante la Caza y lo único que había obtenido de esas experiencias era aquel absurdo mote.
-Señorita Lestreage esas no son formas de dirigirse a un miembro del gobierno- volvió a hablar el rubio con stono sereno.
-Venga papi, no seas cruel con mi amiga- se burlo Lucius desde su mesa, al contrario que los demás el se mantenía sentado sobre las piernas de su pareja.
El mayor gruño fuertemente, se había acercado a su bastardo con fingida amabilidad durando la cordialidad tan solo un minuto tiempo que tardo el rubio menor en lanzarse sobre él al grito de "maldito bastardo".
-Señores, señores- intervino el ministro- no perdamos las formas. El proceso de cría es tradición tras la Caza.
-Si- volvió a interrumpir Severus- pero el problema de cría esta solucionado, en varios años todo se solucionara, ¿por qué tenemos que seguir pasando por la mierda que os de la gana?
Sirius miraba enorgullecido a su pareja, cuando recibió la invitación a aquella horrible gala solo pensaba en discursos interminables y miles de horas de aburrimiento, pero había olvidado por completo que aquellos donceles y mujeres no eran normales.
-Es tradición- siguió insistiendo Gellert- no hay forma de librarse.
-Encuentrala- ataco Bellatrix- eres el maldito ministro, haz algo.
-La decisión es definitiva, a partir de mañana se os volverá a someter a los afrodisiacos.
Gellert salió del lugar con rapidez seguido por su nuevo sequito de guardaespaldas, no se quería arriesgar a volver a pasar por la misma situación de las bodas de La Catedral. Los gritos indignados continuaban sonando a sus espaldas.
Peter miró la pequeña maleta frente a él, sabía que no sería el primero en hacerlo ni el último después de todo ninguno permitiría tal injusticia. Bajo con cuidado las escaleras aprovechando la oscuridad para esconderse entre las sombras.
-¿A dónde vas?- pregunto una voz tras él.
-Barty- hablo con un leve temblor- ¿no deberías estar dormido?
-Es un poco complicado cuando tu pareja, aquel que es tan pegajosos como una babosa conmigo, deja de acercarse a mi de buenas a primeras.
-Yo, yo...- tartamudeo.
-No quieres ser madre- finalizo- lo se, te entiendo pero me he acostumbrado a ti y sinceramente no quiero que te vayas- Peter le miró en silencio pero con tristeza-asi que me voy contigo.
Peter se lanzó a los brazos de su pareja y le beso apasionadamente. Ambos salieron del lugar con paso silencioso y atravesaron las calles de la ciudad, más allá de los barrios bajos hasta el muelle donde enormes barcos esperaban atracados. Frente a ellos observaron como más donceles y mujeres subían en fila pero con prisas.
-¿Ha donde iremos?- pregunto el pequeño doncel.
-Hacia el norte- contesto- las ciudades allí son un poco más pequeñas pero son un buen lugar para esconderse.
-¿Por qué hay tantas mujeres y donceles?
-Últimamente- dijo con pesar- han aumentado las violaciones debido a que los grandes que no han podido tener descendencia ahora pueden, con la cura del virus se han creado nuevos problemas.
La pareja subio al barco encontrando a un tranquilo Severus junto a Lucius y una hiperactiva Bellatrix que por fín había cortado su pelo consiguiendo parte de la libertad que añoraba. Peter les saludo con un asentimiento de cabeza, observó como las alertas de ellos comenzaban a saltar debido a la presencia del hombre pero rápidamente acabo al observar sus manos juntas.
La nueva ciudad estaba llena de pequeñas casa de estilo rusticon y calles de piedras . Los jóvenes miraron a su alrededor con ojos sorprendidos, se habían encontrado todos en el muelle sin sorpresa de saber que ellos eran los únicos imbéciles que habáin decidido en convertirse en profugos.
-¿Seguro qué aquí estaremos a salvo?- pregunto Peter.
-SI- procedió a explicar Barty ganando la atención de los presentes- aquí tambien se realiza la Caza pero a menor escala por lo que la obligación de procreación es inexistente, solo hay un pequeño problema...
-Joder- susurro Bellatrix.
-Si ven donceles y mujeres sin emparejar estamos verdaderamente jodidos.
-¿Y qué hacemos?- pregunto Nott, al igual que Barty era el único hombre que había acompañado a su pareja.
-Nosotros no tenemos problemas, los demás debeís fingir estar emparejados y los donceles comportarse como hombres.
-Dios, ¿es qué esta mierda no se va a solucionar nunca?- se quejo Severus.
Los jóvenes comenzaron a caminar hasta la posada más cercana. Fingiendo ser felices parejas que querían empezar una nueva vida consiguieron varias habitaciones.
Severus fue uno de los pocos que actuo como un hombre soltero alquilando una habitación para él solo, por primera vez en ese tiempo se sentía triste, su vida había mejorado a pesar de que quería ocultarlo, se había librado de su padre y por fin tenía una comida sana en la mesa.
Se acercó al cuarto de baño y agarró las tijeras que llevaba en su mochila para proceder a cortar su pelo. El comenzar desde cero iba a ser verdaderamente complicado pero tenía que conseguirlo, era el comienzo de una nueva vida, no podía ser malo.
Mientras tanto en la ciudad principal del pais el ministro creaba un plan de búsqueda con los maridos enfadados que habían perdido a sus parejas, así como un nuevo decreto de protección a mujeres y donceles ante agresiones y violaciones. Gellert nunca había odiado tanto ser ministro.
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Donceles Salvajes (Harry Potter)
FanfictionLa epidemia acabo con casi todos los donceles y mujeres del mundo, la raza humana ahora juega con su supervivencia,la solución es simple. La caza se convierte en el evento del año en el cual los hombres más influyentes del mundo buscan a su pareja e...