21- El paso final

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Lan Xichen entrenó con Shuoyue todos los días después de esa primera vez, sin mirar atrás, sin necesidad más la espada Jiang. Sin embargo, continuó entrenando en ambos estilos, sin querer perder el regalo que Jiang Cheng le había otorgado al enseñarle el estilo Jiang.

Entonces, varios días después de comenzar su entrenamiento con Shuoyue, Lan Xichen decidió devolver la espada Jiang a Jiang Cheng. Después de todo, ya no la necesitaba. Esa tarde, se sentó para limpiar a fondo y tratar la espada Jiang por última vez. No quería dársela a Jiang Cheng en la cena, no deseaba obligarlo a ir a la armería antes de retirarse, así que la guardó con él una noche más, yendo a la oficina de Jiang Cheng al día siguiente.

Ese fue el primer momento en que se dio cuenta de que algo andaba mal con Jiang Cheng. Sí, los días anteriores, Jiang Cheng parecía algo preocupado durante sus cenas, pero Lan Xichen no había pensado nada en eso.

Cuando Lan Xichen entró en la oficina, Jiang Cheng miró desde detrás de su escritorio. Algo en él pareció cambiar cuando notó la espada, su rostro estaba completamente desprovisto de emoción. Sin embargo, Lan Xichen no permitió que su confusión tropezara su lengua.

-Deseo devolver esta espada,- dijo Lan Xichen. -Me ha servido bien y estoy agradecido de que se me haya permitido usarla.- Sonrió suavemente, pasando del tono de voz oficial a algo mucho más familiar. -Gracias, Wanyin.

Jiang Cheng, sin embargo, no le devolvió la sonrisa. Se quedó mirando la espada por un momento antes de hacer un gesto casual. -Dásela a Zhiyang,- dijo, volviendo ya su atención a su papeleo. -Él se encargará de eso.

Lan Xichen se tambaleó por un momento ante el despido muy claro. Abrió y cerró la boca un par de veces, sin saber qué decir, solo para finalmente conformarse con un dócil "ok" y marcharse. Se preguntó durante el resto de ese día y el siguiente qué había hecho mal. Sin embargo, no había nada en lo que pudiera pensar y Jiang Cheng parecía ser su yo normal nuevamente por las noches, por lo que realmente era un enigma.

-Xichen,- dijo Jiang Cheng después de la cena, unos días después del extraño incidente con la espada. -Hay algo que deseo preguntar.

Lan Xichen se sentó más derecho, preguntándose qué quería Jiang Cheng y esperando que arrojase algo de luz sobre la situación. -¿Sí?- él dijo.

-Hay una gran plaga en uno de los bosques del oeste,- dijo Jiang Cheng. -Yaos de bajo nivel, pero muchos de ellos. Estaba pensando en llevarme a los juniors para que pudieran ganar algo de experiencia. Les haría bien. En ese sentido, me preguntaba si estaría dispuesto a unirte y ayudar a vigilarlos. La situación está destinada a volverse caótica.

-Sé que no has estado entrenando con Shuoyue de nuevo durante tanto tiempo, así que lo entenderé si aún no estás listo para llevarla a una verdadera cacería. Sin embargo, el bosque está firmemente en la tierra de Jiang, por lo que las probabilidades de encontrarse con alguien de las otras Sectas son casi inexistentes. Aún así, lo entendería si prefieres no ir.

Lan Xichen le sonrió, aliviado. Obviamente, esto era lo que había preocupado a Jiang Cheng los últimos días. Lan Xichen agradeció el cuidado, esa precaución de no querer empujarlo más allá de lo que se sentía cómodo haciendo.

-Por supuesto,- dijo. -Es un honor para mí ir.

Jiang Cheng frunció el ceño. -¿Estás seguro?

-Lo estoy,- dijo Lan Xichen. Hizo una pequeña reverencia, parcialmente en broma. -No te decepcionaré, Líder de Secta Jiang,- bromeó.

Sacó una pequeña sonrisa de Jiang Cheng y Lan Xichen lo contó como una victoria. Le gustaba ver sonreír a Jiang Cheng.

-Saldremos pasado mañana al amanecer,- dijo Jiang Cheng antes de ponerse de pie. -Todavía tengo algunas cosas con las que lidiar,- dijo con un suspiro. -Buenas noches, Xichen.

La Tranquilidad del AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora