Capitulo 10

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-Oh por dios -Nani corrio hacia nosotros mientras cargaba a un desmayado Christopher en brazos. El chico habia perdido la conciencia luego de su crisis, algo que no me extrañaba ya que con todos los sentimientos golpeandolo era seguro que su pequeño cuerpo no soportaria y buscaría una facil salida. Desmayarse era la forma más facil que encontraba nuestro cuerpo para librarse de las presiones, si no estas despierto no puedes pensar en lo que te hace mal-. ¿Que sucedio?

La pequeña mujer miraba aturdida hacia el rostro del niño, sus ojos azules estaban empañados en preocupación como una madre por su hijo.

-Tuvo una crisis -murmuré observando el rostro del chico antes de mirarla a ella-. Lo llevaré a su habitación, ¿podrías llevarle un chocolate caliente? Lo va a necesitar cuando despierte.

Nani asintió rapidamente y se apresuro para comenzar a hacer la bebida. Mientras caminaba por las escaleras con Christopher en brazos recordé todas esas veces, que estando enfermo, mamá me daba chocolate caliente para que mejorara. Sabia de sobra que no era un remedio real pero supuse que era lo mejor que podía hacer por él en ese momento. Christopher necesitaba cariño y contención, no un monton de personas dandole ordenes.

No tenía ni puta idea de a que se referia con lo de su mamá. No sabía mucho del tema pero supuse que las cosas no estaban bien con esa parte de su familia. Adam habia evadido el tema cuando pregunte por sus familiares. Pero habia algo seguro, los Vélez ocultaban algo y no estaba seguro de querer averiguar de que se trataba.

Christopher abrió los ojos cuando lo dejé sobre su cama, el color miel brillante de los mismos estaba tan inundado en tristeza que mis piernas se aflojaron y caí sentado a su lado. Quitando el cabello mojado adherido a su rostro, acaricie suavemente su mejilla con la punta de mis dedos. Cerrando los ojos, el castaño se inclinó hacia la caricia con tranquilidad.

-¿Me dices que hago? -susurré con la voz entrecortada-. ¿Como puedo ayudarte, ojos bonitos?

No me contestó pero su mano temblorosa llego hasta la mía y me jaló suavemente. Entendiendo el mensaje, me deje caer a su lado en la cama y lo jalé hasta mi cuerpo, permitiendo que su cabeza descanzara sobre mi hombro. Mis manos automaticamente comenzaron a frotar su espalda sintiendo la tela humeda de su camisa pegada a su piel.

-Estamos mojados -susurré-. Debemos cambiarnos.

-Solo... unos minutos más. -pidió suavemente.

Sus finos y delicados dedos se enredaron en el escaso vello de mi pecho, enredandose en ellos antes de soltarlos y volver a hacerlo. Estaba tan concentrado en ello que ni siquiera levanto la mirada cuando Nani entro a la habitación con dos tazas humeantes en sus manos. La pequeña mujer se quedo congelada en la puerta con una expresión pura de shock en el rostro y sus ojos fijos en la posición de Christopher.

Nani se sacudió un momento antes de entrar a la habitación con pasos ligeros y sin hacer ningun tipo de sonido brusco. Dandome una pequeña sonrisa, dejó las tazas sobre la mesa de luz y salió de la habitación sin decir nada. Suavizando el cabello de Christopher lejos de su cuerpo, observe como su pequeño cuerpo temblaba sobre el mio. No estaba seguro de si era por el frío o por otra cosa pero no podía arriesgarme a que el niño se enfermara.

-Vamos a cambiarnos, cariño. -susurré mientras me enderezaba y pasaba un brazo bajo sus piernas y otra por su espalda.

-No, no, no. -gimoteo con los ojos llenos de miedo.

-Hey, no me voy a ir, Christopher -lo aprete contra mi pecho-. Solo nos cambiaremos, no me iré.

Christopher suspiró suavemente mientras apoyaba su cabeza en mi hombro y se aferraba a mi cuerpo.

BRAVE 《Adaptación》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora