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𝚑𝚘𝚖𝚎

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El día siguiente llega más rápido de lo que me habría gustado. A penas he tenido la conciencia tranquila para dormir un par de horas, así que cuando el sol vuelve a asomarse en el horizonte no tengo ni las ganas ni el aplomo para levantarme de la cama. Aún así y para mi desgracia. me veo obligado a hacerlo.

La mañana en el instituto tampoco significa una mejora en mi día. Nada más llegar a clase (quince minutos tarde) noto el lugar que corresponde a Edric totalmente vacío. El corazón se me encoje al pensar que seguramente así seguirá durante el resto del curso. Y que probablemente sea la única persona que lo sabe. Lo que resta del día escolar lo paso sin prestar atención a ninguna clase, divagando y durmiendo entre lección y lección. Estoy tan agotado que no veo la hora de llegar a casa. Cuando a última hora suena el timbre que anuncia la salida el aula empieza a vaciarse, acompañada del sonido de las sillas arrastrándose y el alboroto de los adolescentes. El barullo va acallándose a medida que todos abandonan el salón. Yo me mantengo en mi sitio, con la cabeza apoyada en la mesa, luchando por mantenerme despierto.

- ¿ Hunter? ¿Estás bien ? - oigo una voz llamándome a la vez que alguien tocaba suavemente mi hombro. Me levanto, medio adormilado para toparme de frente con la profesora de literatura, la señorita Lilith. Tiene el ceño fruncido en una mueca de preocupación, y por el resto de su expresión facial, podría interpretarse que el mismísimo anticristo acabase de mostrarse ante ella. No puedo culparla, el aspecto que debo de tener en este momento debe ser lamentable cuanto mínimo. Las ojeras delatan mi falta de descanso, y seguramente mis ojos sigan hinchados y rojos. - Cielos... durante la mañana he notado que no tienes muy buen aspecto ¿ Todo bien en casa ? ¿ Has estado durmiendo bien?

- Hmmm... Si, todo en orden. Solo...- Hago una pausa, intentando encontrar las palabras ¿Tan si quiera es buena idea explicárselo? No creo que Edric esté muy contento de que yo vaya diciendo por ahí que está en el hospital. A lo mejor todavía no se lo ha contado a nadie.

- ¿Es por lo que ha pasado con Edric ? - me quedo callado, sintiendo como si me hubiese arrancado las palabras de la boca. La profesora suelta una suspiro y me mira con compasión. - Te entiendo y te aseguro que esto es desconcertante para todos. Se que eres muy cercano a Edric, así que seguro que te sientes impotente por no poder ayudar, pero lo mejor que podemos hacer es apoyarle, tanto a él como a su familia. Y sobre todo, tú deberías dormir, no quiero que te vuelvas a dormir en mis clases. - añade con una ligera sonrisa mientras me revuelve el pelo. Yo también sonrío. Por poquito que sea, sus palabras me han brindado el apoyo que necesitaba. Ya no me siento tan solo.

[ •*¨*•.¸¸♪]

Para sorpresa de todos, si le hice caso a la señorita Lilith (si, también en lo de dormir).

Al salir del instituto me salto la comida por dos motivos. Porque no tenía especiales ganas de hablar con mi tío, ya que sigue mirándome por encima del hombre desde lo del otro día, y porque estaré demasiado ocupado yendo al hospital. Decidí que tenía que hablar con Edric. No quiero que lo nuestro se pierda. Valoro a Edric, y valoro nuestra amistad. Reflexioné sobre lo mucho que he cambiado desde que lo conocí y el bien que me ha hecho tenerle. No hay palabras para expresar como los problemas parecen desaparecer cuando estoy a su lado, como es capaz de encontrar lo bueno en todos, o como su risa es contagiosa incluso cuando estoy en el peor momento. Y no quiero perderlo, echaría demasiado de menos esa risa. Edric es mi rayo de sol. Eso sonó más cursi de lo que me gustaría, pero es realmente como me siento cuando estoy con él.