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𝚜𝚘 𝚝𝚑𝚒𝚜 𝚒𝚜 𝚌𝚑𝚛𝚒𝚜𝚝𝚖𝚊𝚜

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- ¿Entonces vendrás ? - una voz rebosante de entusiasmo quiebra el hilo de mis pensamientos.

Giro ligeramente la cabeza para encontrarme con el rostro cincelado de Edric sonriéndome bajo la casi completa oscuridad, desviada unicamente por la tenue luz emitida por una pequeña lámpara. Ambos estamos sentados cerca de la ventana de su habitación, pasada ya la puesta de sol. El brillo de la luna llena hacía refulgir sus ojos color avellana, en contraste con su piel marfilada.

- Te estaba preguntando si vendrás a la cena... conmigo. Mis padres quieren conocerte - Ah, cierto. Edric está así de emocionado porque dentro de unos días le darán el alta. Tendrá que seguir haciendo visitas regulares al hospital, pero eso no le quita la ilusión en absoluto. Me alegro por él. Después de tiempo viendo como sus fuerzas decrecían cada vez más por el agobio de estar constantemente encerrado y su ansiedad aumentaba cada vez que no era capaz de recordar algo. A veces tenía ocasionales espasmos, o incluso pequeñas perdidas de conciencia. Esto era preocupante, pero dentro del marco de una enfermedad crónica, algo inevitable. O al menos eso me repetía a mi mismo cada vez que eso ocurría, intentando que no me tragara la preocupación. Por eso, el alta sería un respiro para él. Para ambos en realidad. Quizás si el estrés de Edric disminuía también lo harían los otros efectos. Y nadie estaría más feliz que yo de tenerle revoloteando a mi alrededor otra vez. Nos vemos practicamente todos los días, pero aún así le extraño cada vez más.

- ¿ La cena? - repito entornando los ojos, tratando de recordad de que estábamos . No se si es la preocupación o el cansancio de los últimos días, pero cada vez me cuesta más procesar las cosas sin quedarme perdido en mis pensamientos. En cierto modo, hasta yo estoy sobresaturado.

Edric suelta una pequeña risa. Las comisura de sus labios se pliegan a la vez que sus ojos se achinan.

- Tienes que dormir más, o acabarás perdiendo la cabeza - me reclama a la vez que enreda sus dedos en mi flequillo, echándomelo hacia atrás como si fuera un niño pequeño. - como yo.

- No digas esas cosas...- le regaño. Él se ríe de nuevo mientras sigue acomodando mi cabello indomable.

- Perdona. Te decía que mis padres te invitaron a cenar con nosotros en Navidad. Supongo que son las consecuencias de pasarme horas hablándoles de ti. - aparta su mano, soltando una sonrisa nerviosa. Siento como ese extraño cosquilleo vuelve a crecer en mis entrañas.

- Tú... ¿ Le hablas de mí a tus padres?- nunca pensé que sería alguien tan importante para otra persona como para que quisiera presentarme a sus padres. Solo he visto a los señores Blight en contadas ocasiones, y ha sido de lejos. Por lo general trato de mantenerme al margen cuando ellos están con Edric. No me gustaría entrometerme en sus asuntos familiares. Después de todo no soy más que eso, un amigo de su hijo al que no conocen, ni tendrían por qué estar interesados en conocer, o al menos eso creía hasta ahora. Nunca pensé que podría llamar la atención de alguien con una pinta tan estricta como los Blight.

- ¡ Pues claro ! - exclama como si acabara de hacer la pregunta más tonta del mundo. - Alguien tendrá que decirle quien es el chaval con cara de no dormir hace un mes que se la pasa deambulando por mi habitación. - Edric estalla en carcajadas, y después me uno yo a él- Pero ahora en serio ¿Te crees que hay alguien más fuera de mi familia que esté tan pendiente de mí como tú lo estás? Eres el único que ha estado soportándome cuando me sentía... cuando me sentía a punto de morir - su voz emanaba un cariño que me ponía hasta nervioso, pero no de una mala manera. Simplemente era algo desconocido para mí.