» 𝚝𝚎𝚗 ; 𝚊𝚗𝚐𝚒𝚜𝚑 «

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» 𝚝𝚎𝚗 «

𝚊𝚗𝚐𝚞𝚒𝚜𝚑

» • 𝙷𝚞𝚗𝚝𝚎𝚛 ;

Todo sucedió demasiado rápido. Edric desmallado en mis brazos, la sangre escurriéndose entre sus labios, un grito de horror... Los demás recuerdos están tan difusos que lo único que puedo rememorar es alguien llamando a una ambulancia y acto seguido llegar a la sala de espera de hospital . Las piernas me tiemblan tanto que a penas puedo caminar, y tras varios traspiés, algo que distingo como la figura de Emira me ayuda a sentarme. Ella me ofrece un poco de agua, y tras varias respiraciones profundas logro articular un "gracias"

Emira también parece nerviosa, pero ella es notablemente mejor que yo escondiéndolo. Se sienta a mi lado mientras rodea con un brazo los hombros de Amity y le acaricia el cabello. Esta intenta sin muchos resultados contener los sollozos y las lagrimas. No dejo de pensar en lo injusto que es esto para ellas. Yo no debería ni siquiera estar aquí, no tengo derecho a estarlo. No soy ni la mitad de importante de lo que ellas son para Edric.

Este pensamiento se reconfirma cuando escucho un singular taconeo acercarse a nosotros. El rostro frívolo de Odalia Blight se hace resaltar nada más llega a la sala. Emira levanta la cabeza, así como lo hace Amity, quien deja de sollozar de golpe en el rostro de su hermana. La mujer me mira por un fugaz segundo. Sus ojos se entornan y tras escanearme con la mirada vuelve a mirar a sus hijas.

- ¿ Dónde esta Edric ? - pregunta con la voz más insustancial que he oído nunca.

- No lo se... - responde Emira. No se atreve a mirar a su madre a los ojos, pero aún así su mirada permanece firme- se lo llevaron para reanimarlo.

La señora vuelve a torcer el gesto.

- Sabes que debiste avisarnos a mi y a tu padre antes de actuar por tu cuenta... - masculla

- Y que esperabas? Que lo dejara morirse esperando a que vosotros vinierais?

Ninguna dice nada ahora, pero la tensión sigue siendo igual de palpable.

- Yo...Debería irme... tal vez - murmuro lo más bajo que puedo, levantándome de i asiento.

Veo a la señora Blight abrir la boca para decir algo, pero enseguida es interrumpida por Emira, que tira de mi para que vuelva a sentarme.

- No hace falta, Hunter. - era casi como si se estuviese atreviendo a desafiar a su madre, quien la fulmina con la mirada.

- No, está bien. No quiero molestaros. - de nuevo se hace el silencio. - Si puedes avisarme si tenéis noticias de Edric...

Ella asiente levemente.

- No hay problema

Y tras una incomoda despedida me escapo a casa, sintiéndome un cobarde y un estorbo. En cierta manera, es una sensación familiar.

******************

Navidad. Que lindo día, dirían todos. Pero ese todos no se aplica a mí.

Son las diez y media de la mañana y estoy sentado en la mesa de la cocina, mirando al vacío con las peores ojeras de mi vida mientras revuelvo una taza de café que ha debido de quedarse fría hace ya más de diez minutos. Mi mente está muy lejos de los adornos bonitos y la alegría navideña. Se ha quedado atrapada en la noche anterior, en la sala de espera del hospital, o incluso en las escaleras de la casa de Edric, en sus labios cuando dijo te quiero. Solo pensarlo hace que se me revuelvan las entrañas.

"Venga ya, Hunter. Tu mejor amigo está hospitalizado, probablemente luchando por su vida y tu preocupado por tus ridículos pensamientos de quinceañera enamorada. Debería darte vergüenza" Y me la da, de hecho. Pero eso no evita que no pueda dejar de darle vueltas. De verdad Edric siente algo por mi? Edric, que de todas las personas que conoce ha decidido que un bueno para nada como yo sería una buena pareja. Literalmente cualquiera sería mejor opción que yo.

» ᴅᴇᴍᴇɴᴛɪᴀ « | goldric ; hundric Donde viven las historias. Descúbrelo ahora