Amorina viaja a Italia para hacerse cargo de la residencia que le deja su abuelo, pero cuando llega, descubre que el collar mágico que tiene la conduce a su verdadero destino, y consigo, deberá develar varios secretos que oculta la familia Invernizz...
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Sábado
Las Camelias
Las dos mujeres se encontraban en la entrada de la casa junto con Canela que esperaba sentada al lado de su dueña.
—Niña Amorina, ¿cree que esto es buena idea?
—¿Acaso no querías que saliera con el marqués?
—Sí, pero solos.
—Sabes que no podemos salir solos a menos que sea dentro de un ámbito laboral y el pobre de Gianni quedaría incómodo estando en el medio de los dos.
—Aun así, me siento un poco incómoda.
—Conoces a los dos, no podés ponerte incómoda con ellos... —giró la cabeza y la miró con atención—, a no ser que te guste Gianni.
Su doncella se ruborizó por completo.
—¡Te gusta! —exclamó abriendo más los ojos y se puso contenta por ella.
—Como a ti te gusta el marqués —la atacó con otra indirecta.
—A mí no me gusta.
—Me estás mintiendo, te brillan los ojos cuando lo miras, te cambia el humor cuando sabes que lo vas a ver... como ahora.
—Aunque me guste, es algo imposible.
—Por lo menos admites que te gusta.
—Y después nada. Se quedará en eso. Lo nuestro no tiene futuro, él pertenece a un círculo muy diferente al mío.
—Exageras. Tienes dinero también, niña Amorina.
—Eso no me sirve para poder entrar en su mundo.
—Te doy tres meses para que algo pase entre ustedes.
La chica se rio por la ocurrencia de su doncella.
La camioneta llegó a las once en punto de la mañana y ambos hombres se bajaron para saludarlas.
Canela apenas lo vio se le fue a los pies para que la alzara en brazos.
—Tú no pierdes tiempo, ¿no? —le preguntó a la perrita levantándola.
Le dio lametones alrededor de la mandíbula y en las mejillas.
—Tranquila, Canela —le dijo acariciando su cabecita—. ¿Están listas? —les cuestionó a las dos y ellas asintieron con la cabeza.
🎀🎀🎀
El parque al que tenía pensado ir Massimiliano no se encontraba muy lejos de donde vivían, pero relativamente alejado de los ojos curiosos del pueblo.
Cuando los cuatro se bajaron de la camioneta, Gianni inspeccionó el lugar y luego se mantuvo cerca de las tres personas para protegerlos. El marqués llevaba la canasta del almuerzo mientras charlaba con las dos mujeres.
