Marquesado de Imperia y Savona
El mayordomo de la residencia las recibió y luego fue el marqués quien les dio la bienvenida a ambas. Marsella le hizo una reverencia y Massimiliano le dio dos besos en las mejillas a Amorina, lo cual la chica se sorprendió.
—Vaya... No me lo esperaba.
—¿Por qué no? No es la primera vez que te saludo de esta manera.
—Estamos en tu terreno y están tus padres —dijo un poco incómoda.
—Entiendo, pero no tienes de qué preocuparte. Pasemos a la sala —les anunció a ambas.
Canela le ladró porque no la había saludado.
—Hola pompón, no creas que te he ignorado —le dijo alzándola en brazos y acariciándole la cabeza.
La mascota le dio un lametón en la barbilla.
—¿Tu mamá? —cuestionó la chica.
—Esperándolas en una sala que tenemos para hacer arreglos de este tipo, ya han cortado los ramitos de mimosas y otras flores.
—¿Siempre tienen esta tradición? —preguntó curiosa la chica.
—Sí —afirmó.
—Qué lindo —sonrió.
El marqués las llevó a la sala donde las recibió Angela con dos besos para ambas luego de que ellas les hicieran una reverencia.
—Por favor, nada de reverencias, pongámonos a trabajar chicas —les comentó con una enorme sonrisa mientras sostenía la mano de Amorina.
—Me parece bien —expresó la argentina con una sonrisa.
Pronto las tres se dispusieron a preparar cada ramito de mimosas y flores mientras que Massimiliano se retiró de allí con Canela.
—¿Son tus flores favoritas? —Curioseó la joven.
—Sí, mimosas del árbol que tenemos en el jardín trasero y mis favoritas, las petunias.
—Se ven preciosas, con el amarillo de las mimosas quedan muy bien —dijo la muchacha encantada con los colores.
—Todos los 14 de febrero las regalo.
—¿Te acompaña alguien?
—Un guardaespaldas, pero ahora que están ustedes me pueden acompañar aparte de él.
—Con gusto lo haremos —asintió con la cabeza.
A medida que el tiempo pasaba, las tres mujeres iban armando los ramitos en conos de papel madera con cintas de raso al tono y los dejaban dentro de dos canastas de mimbre.
Gianni se presentó en el comedor para pedir permiso en hablar con Marsella.
—¿Puedo? —Miró a Amorina.
ESTÁS LEYENDO
Las Camelias ©
FantasyAmorina viaja a Italia para hacerse cargo de la residencia que le deja su abuelo, pero cuando llega, descubre que el collar mágico que tiene la conduce a su verdadero destino, y consigo, deberá develar varios secretos que oculta la familia Invernizz...