One Shots Tokyo Revengers +18

Chifuyu

Un grupo de jóvenes deciden pasar el verano en unas mini vacaciones en la isla de Naoshima, es un grupo numeroso de chicos los cuales acaparan la mayor parte de la playa, algunos embriagándose otros nadando y otros más intentando ligar.

-¡oye!, ¿donde está Nabiki?- pregunta un rubio confundido, Angry y Smiley la dejaron a su cuidado, ellos sabían que él no se embriagaría por lo que confiaron en él para esto

sabían bien que el rubio se sentía atraído por ella desde hace años y que a su hermanita le gustaba el rubio solo que él era muy estupido para notarlo. -¿Por qué no ayudarlos un poco?- pensaron los gemelos.

El rubio estaba cuidando que no se embriagara y se fuese a nadar. Y ahora la había perdido.

La menor de los Kawata solía ser algo imprudente y sus hermanos ya estaban ebrios, el rubio no podía decirles nada. Sin más remedio y preocupado recorre las orillas de la playa en busca de ella.

Al cabo de unos minutos de búsqueda, sonríe al verla tranquila tomando el sol. Y ahí se queda, a una distancia prudente para no incomodarla con su presencia, pero lo suficiente cerca para para cuidarla.

El lugar donde se encuentra esta muy apartado de la zona de los bares por lo que está vacío, se sube a un cúmulo de enormes piedras y se dispone a pasar el tiempo que sea necesario, y ella decida irse.

Mientras tanto una pelirroja se encuentra recostada en la orilla sin importarle ni un poco la hora ni la marea que amenaza con subir, el diminuto bikini blanco se transparenta perfectamente con ese pareo color lavanda que lleva encima, su cuerpo podrá no ser perfecto para muchas personas aún así ella siempre se ha mostrado orgullosa de tener carne en él y no solo los huesos que muchas desean, la arena blanca ensucia su piel y las olas ya han alcanzado sus pies.

El sol está por caer y la fosforescencia de las olas a la luz de la luna no tarda en hacerse notar.

La playa se encuentra prácticamente vacía a esa hora, al menos en el sector que ella ha elegido para descansar.

6:05 pm marca la hora en el reloj de su muñeca, la chica admira el paisaje sentada en la arena, y voltea al rededor para confirmar si se encuentra sola. Y prácticamente lo estaba a excepción del joven que hace un rato subió a las rocas frente a ella. - subió hace mucho, tal vez se fue o está dormido- pues hace unos minutos no lo alcanza a ver, medita antes de animarse...

-¡creo que podré entrar ahora!- menciona para sí misma, arroja su pareo y el sostén a la orilla introduciendo lentamente su cuerpo al agua jugueteando con ella. El vaivén de las olas menea su cuerpo excitándola involuntariamente.

-¡qué demonios!, ¿a caso he estado tanto tiempo sola que hasta el rose de las olas me ha excitado?- la joven disfruta de si misma hasta que siente que alguien la observa.

Contrario a lo que su cordura le dice ella se siente un poco más excitada -debo estar volviéndome loca- piensa, pero no detiene lo que hace, al contrario expone su cuerpo a la vista de quien está cerca en una silenciosa invitación a unirse.

-se que estás ahí chifuyu, puedo sentir tu mirada- menciona la chica. Él aclara su garganta.

-es algo complicado no poner atención a algo así de interesante- la sonrisa nerviosa y coqueta del rubio de los ojos verdes se hace presente.

-¿quieres unirte?- pregunta la pelirroja

-mentiría si dijese que no.- responde rápidamente el rubio

-entonces acompáñame- la chica no termina de hablar cuando él ya ha saltado de las rocas hacia el agua para llegar más rápido junto a ella.

-¡qué chico tan ágil!- dice la joven con una sonrisa al tiempo que muerde uno de sus labios