Al principio no sabíamos como romper el hielo, la tensión que había entre ambos era enorme. Después de lo sucedido con papá, la investigación a la ToMan, mi inestabilidad emocional, era demasiado para mí y tampoco podía imaginar lo que él sentía al ser prácticamente perseguido por la policía. Simplemente no podía hablar.
Estábamos sentados en la cocina, enfrentados con una taza de café cada uno, mirando la mesa, jugando con Vlad, que apareció a hacer cariños a Keisuke al escucharlo llegar.
- Está más gordo - dijo Baji mientras levantaba al gato y lo ponía en su regazo. Claro que no estaba ni más grande ni nada gordo, él solamente quería comenzar a hablar de algo conmigo.
- Sí, es que ha estado comiendo más - mentí.
- También me ha extrañado - sonrió acariciándolo. Se mantuvo en silencio durante un momento y continuó - Espero que no haya sido el único en extrañarme.
Yo me reí y me ahogué con mi café, comenzando a toser, mientras Keisuke también reía y se levantó a darme golpecitos en la espalda.
- Kei, Hina me contó todo - dije firmemente mientras me paraba junto a él - Lamento haber pensando... Pensando lo peor.
Mi voz se quebró y a penas pude pronunciar aquello, comenzando a llorar mientras mis manos temblaban. Baji me sostuvo entre sus fuertes brazos, besó mi frente y mientras hacia aquello sentí pequeñas gotas caer en mi rostro. Él también estaba llorando.
- Zoe, yo lamento todo. Es probable que todo haya sucedido por mí, por enredarte conmigo y la ToMan, perdón mi amor.
Keisuke me soltó de golpe y cayó de rodillas en el suelo, empapado en llanto. Sus bellos ojos color café claro parecían cuarzos de miel mientras me miraba destrozado, abrazando mis piernas ahora.
Me senté junto a él y lo sostuve entre mis brazos, besándolo con ternura y acariciando su cabello para calmarlo. Estaba segura de que no era su culpa, estaba segura de que él y sus amigos (también mis amigos) no tenían nada que ver con el asesinato de mi padre.
- Kei - susurré en su oído apoyando mi mentón en su coronilla - Amor, está bien, no fue tu culpa, tampoco mía, la culpa fue de...de... - mi voz se quebró pero continué - El único culpable es el asesino.
Él miró mis ojos, perdido en una gran tristeza y sequé sus lágrimas mientras él secaba las mías, sonriendo por aquella acción. Baji acarició mi rostro y volvió a hundir su cabeza en mi cuello.
- ¿Qué hice para merecer a alguien como tú, Zoe?
- No te rompas ahora Keisuke Baji - pronuncié en tono firme, poniéndome de pie - Tú me tienes que sostener a mí, idiota.
Tomé sus manos y lo obligué a pararse, acorralándolo contra la nevera y envolviéndome en su pecho, sin saber que aquella sensación era lo que necesitaba para calmarme completamente.
- Ven, vamos a dormir, es tarde - le sonreí, tomé su mano, a Vlad y los tres subimos hasta mi habitación que estaba completamente a oscuras. Coloqué al gato en la cama y abrí la cortina, dejando entrar un poco de aire, luego prendí mi lámpara de lava y me recosté junto a Kei, quien ya se había acomodado contra la pared, abrazando mi peluche de gato.
Coloqué mi rostro en su pecho, el rodeó mi cuerpo con sus brazos y rápidamente pude sentir su suave respiración calmarse, con un leve ronquido. Yo no pude dormir durante algunas horas, prácticamente estuve toda la noche despierta. A penas podía asimilar lo que había sucedido, y aunque tenía a Kei alli conmigo y nos hubiéramos sincerado, aún necesitaba demasiadas respuestas, pero debo admitir que él me transmitía mucha paz.
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BLACK🖤HEART//Keisuke Baji fanfic~Tokyo revengers
Fanfiction🔞 Contenido +18 ~ Sexo explícito 🍋 Zoe es una estudiante de fotografía amateur, trabajando de algunas sesiones para poder ahorrar el dinero para su universidad. Su amiga Emma la contacta con su hermano Mikey, quien busca inmortalizar a su pandilla...