26 | The Chamber of Secrets

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.:. CHAPTER TWENTY-SIX .:.
(LA CÁMARA DE LOS SECRETOS)

Harry, Ron y Emma se acercaron a donde Myrtle señaló

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Harry, Ron y Emma se acercaron a donde Myrtle señaló. Lockhart se quedó atrás, con una mirada de profundo terror en el rostro.

Parecía un lavabo normal. Examinaron cada centímetro de su superficie, por dentro y por fuera, incluyendo las cañerías de debajo. Y entonces Harry y Emma lo vieron: había una diminuta serpiente grabada en un lado de uno de los grifos de cobre.

—Ese grifo no ha funcionado nunca —dijo Myrtle con alegría, cuando intentaron accionarlo.

—Harry —dijo Ron—, di algo. Algo en lengua pársel.

—Pero… —Harry hizo un esfuerzo—. Ábrete —dijo.

Miró a Emma y Ron, quienes negaban con la cabeza.

—Lo has dicho en nuestra lengua —explicó Ron.

Harry volvió a mirar a la serpiente, intentando imaginarse que estaba viva.

Harry había dicho algo, pero de su boca no había salido ni una sola palabra, sino que había salido de él un extraño silbido, y de repente el grifo brilló con una luz blanca y comenzó a girar. Al cabo de un segundo, el lavabo empezó a moverse. El lavabo, de hecho, se hundió, desapareció, dejando a la vista una tubería grande, lo bastante ancha para meter un hombre dentro.

Emma retrocedió un poco, asustada, tomando a Ron del brazo, quien ahogaba un grito. Harry levantó su mirada hacia ellos.

—Bajaré por él —informó Harry.

—Yo también —dijo Ron.

—Y yo —dijo Emma con desición.

Harry abrió la boca intentando negarse a aquello, pero las palabras no le salían, y Emma lo notó.

—Y no me digas que me quedé —sentenció Emma—, porque de igual forma iré.

Hubo una pausa.

Ron pasaba su mirada del uno al otro. Emma se veía sumamente molesta, aunque también se le veía preocupada. Mientras que a Harry la preocupación lo invadía, no quería perder a su mejor amiga.

—Bien, creo que no les hago falta —dijo Lockhart, con una reminiscencia de su antigua sonrisa—. Así que…

Puso la mano en el pomo de puerta, pero tanto Ron como Harry y Emma lo apuntaron con sus varitas.

—Usted bajará delante —gruñó Ron.

Con la cara completamente blanca y desprovisto de varita, Lockhart se acercó a la abertura.

—Muchachos —dijo con voz débil—, muchachos, ¿de qué va a servir?

Harry le pegó en la espalda con su varita. Lockhart metió las piernas en la tubería.

Emma y La Cámara de los SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora