Sin embargo también fue esa mañana en la que dieron tres pasos hacia atrás, cuando el reloj marcó las 10:00. Harry tomó dos mochilas y se dirigió a la puerta amarilla del apartamento.
Había dejado a Louis en la cocina luego de los acontecimientos que surgieron entre ambos esa madrugada en la que el castaño llegó y por primera vez en mucho tiempo, se quedó junto a él.
Miedo, miedo, miedo.
Se repetía constantemente aquello en su cabeza.
En esa palabra se resumía todo lo anterior, en el caos de sentimientos no correspondidos, de miradas sinceras, de los abrazos incompletos.
Es sólo que ahora se marchaba, dándole una última mirada al recibidor, al sofá... y a Louis.
También a su hogar.
Y aunque no quería quedarse, lo doloroso era saber que Louis no le pediría tal cosa y que tampoco iría corriendo tras él una vez cruzara la puerta. Louis no se iba a quedar hasta la madrugada pensando en que había perdido a su mejor amigo, a una parte de su corazón, más Harry estaba seguro de que esa sería su rutina ahora que pudiese sentarse en cualquier lado a observar el profundo cielo azul.
¿Cómo podría él hacerle cambiar de parecer? ¿Cómo podría tener suficiente amor para los dos?
Sentía un tirón en el estómago de solo pensar en que no era correspondido, de que no podría serlo quizá nunca.Pensó entonces que estaba haciendo justamente a lo que Louis le tenía tanto pavor: Marcharse.
No obstante Harry tenía una razón válida para hacerlo y era una especie de "vacío legal" en el contrato de su ahora extraña relación. Ellos no estaban enamorados y Harry se iba porque Louis solo le estaba lastimando con su rechazo.
Ahora bien, la puerta estaba abierta y debía de regresar por el resto de sus cosas siempre que decidiera a dónde irse en definitiva. Lamentándolo mucho no podía vivir con Mitchell al otro lado del campus el resto de su carrera universitaria. Lo siguiente era ir a la oficina de admisiones a solicitar una habitación, rogar que hubiese alguna disponible a estas alturas del semestre o bien buscar un nuevo compañero de piso, dejarle a Louis mitad de lo que le correspondía por este mes en el apartamento, poner al día los servicios, mudarse...
Joder, mudarse era tan complicado. Y realmente no tenía cabeza para ello en este instante, no cuando había apenas comenzaba a sudar la fiebre y lo que más quería era recostarse en un sitio caliente con algo de sopa de fideos barata.
Pero del otro lado estaba Louis, observando estoicamente como Harry atravesaba el umbral, se llevaba sus cosas y lo que alguna vez sintió por él.
—Adiós, Louis —le dijo Harry sin vacilación alguna.
Louis intentó sonreír más de sus labios solo brotó una dócil mueca, haciendo un ademán con su mano derecha intentó no derrumbarse frente a otra de sus tantas despedidas.
Sentía que se ahogaba, una y otra y otra vez.
Harry era la parte buena que él no tenía, la parte racional y sentimental, su ancla.
Y ya ni siquiera podían estar juntos en la misma habitación, en el mismo lugar, era absurdo hasta respirar el mismo aire y pretender que no les quemaba, necesitaban esto. Louis necesitaba tiempo para sí mismo, para rebobinar cuándo fue que las cosas cambiaron tanto. Pero era difícil reconocer y afrontar que se había encargado de empujar a Harry fuera de su casa ¡de su propia casa! y ahora estaría aquí solo, con sus cosas, con sus pensamientos. Solo. De nuevo.
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Bags 🧳 l.s
Fanfiction"¿Puedes ver que estoy esperando el momento adecuado? No puedo leerte pero si quieres el placer es todo mío. ¿Puedes ver que estoy usando todo para contenerme? Supongo que esto podría ser peor. Verte saliendo por la puerta con tus maletas." Donde Ha...