*Pov Claudia*
-Clau, voy a bajar a comer algo ahora que ha venido Miguel, vuelvo en 10 minutos. Dijo Martina.
Asentí, y se fue de la habitación.
en cuanto Martina salió por la puerta, Miguel se sentó en la silla en la que ella había estado tantas horas sentadas.
-¿Porqué? Me dijo sin que yo me lo esperara.
-¿Que porqué, qué? Le respondí confundida.
-Que porqué lo has hecho ¿Qué se te ha pasado por la puta cabeza, Claudia?
Miguel siguió hablando rápidamente y a velocidad acelerada, pero le corté.
-Ha sido por Martina. Respondí con la voz rota.
- Que me da igual Clau, que no puedes hacer es... espera, ¿qué has dicho?
-Que es por Martina joder. Llevo enamorada de ella desde el día que la vi por primera vez. Desde hace más de un puto año.
-Hostia Clau, no sabía que eras lesbiana.
-No soy lesbiana, no sé exactamente como me siento, creo que soy bisexual, pero tengo dudas. Solamente lo sabe mi familia, asique ya puedes cerrar ese agujero que tienes en la cara.
Miguel asintió
-Oye...¡ porqué no se lo dices a Martina? A ella también le gustan las mujeres, quizá ella también sienta lo mismo.
-Miguel... hace dos noches la vi entrando en su cuarto con un tío, que a quien vamos a engañar, estaba muy bueno. Le respondí.
-Pero ¿ Y eso qué tiene que ver? Yo también me acuesto con mujeres por un solo polvo de una noche. Y no te mientas, que te conozco muy bien, tú también has hecho eso más de una vez, Clau.
En ese momento me quedé pensativa. Mi compañero llevaba razón.
-¿En serio has intentado quitarte del medio por esta tontería? Me preguntó.
-Miguel, nunca he sentido nada igual. Nunca he sentido nada así por nadie. Respondí.
-Mira Clau, yo sólo puedo decirte una cosa; el que no arriesga no gana. Dijo apartándome l pelo de la cara.
Estuve a punto de responderle, pero justo entró Martina.
-Bueno qué, ¿Cómo está mi paciente favorita? Dijo la de ojos café tratando de animarme.
-Ella está muy bien, pero yo no entiendo cómo va la máquina de café de la sala de estar, y estoy seco. Acompáñame a sacarme un café, porfa Martinis.
Miguel llamaba a la castaña "Martinis" por una anécdota un poco larga del rodaje.
-Miguel, no creo que sea una buena idea dejar sola a Claudia, necesita que alguien esté a su lado.
* TOC TOC TOC*
-¿Se puede? Dijo Itzan abriendo la puerta.
-Hemos traído bombones, ¿Cómo estás Clau? Añadió Georgina, que venía de visita junto con Itzan.
-Eso, ¡que menudo susto nos has dado! Añadió Itzan.
-Gracias chicos, estoy bien. Respondí a la pregunta.
-Mira Martina, Claudia ya no está sola, ahora sí podemos ir a por ese café. Dijo MIguel dirigiéndose a la castaña.
-Bueno vale, vamos anda. Ahora vuelvo Clau.
-Vale peque.
En ese momento ambos salieron de mi cuarto para ir a por el café para Miguel.
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Clautina. El comienzo de una historia.
RomanceClaudia Salas y Martina Cariddi, dos grandes actrices que tienen que interpretar el papel de dos personajes que se aman, pero... Se quieren sólo en la ficción?