la fiesta (pte 3 boda)

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*Pov Claudia*

Cortaron un trozo de tarta para cada uno. Definitivamente, era la tarta que tanto habíamos soñado. Terminamos el maravilloso postre, sobre las 5 de la tarde. Tras acabar, Martina y yo nos levantamos a recoger los regalos y detalles, que habíamos preparado para los invitados.

Hombres

Hombres

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Mujeres

Mujeres

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Niños

También dimos un pequeño kit anti-resaca para la madrugada

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También dimos un pequeño kit anti-resaca para la madrugada

También dimos un pequeño kit anti-resaca para la madrugada

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A todo el mundo le encantaron los regalos. También dimos a las mujeres un pañuelo con nuestras iniciales y la fecha bordada.

-M&C 18/6/21-

A los hombres les dimos una corbata con el mismo bordado, y a los niños, unos llaveros de emoticonos.
Tras terminar de dar los detalles, Martina y yo nos pusimos en pie para hacer la entrega de regalos especiales. Yo iba a dar mi ramo a una persona especial, y Martina sería quien lo tirase al aire. Compramos unas figuras de bodas para las parejas que queríamos que se casaran próximamente, y un par de patucos color beige para tres invitadas embarazadas.

Me puse en pie, y al ritmo de la música que sonaba, y empecé a dar vueltas alrededor de las mesas. Llegué a la mesa de mi hermana Carol, y me posicioné tras ella, entregándole el ramo. Ella comenzó a llorar y yo simplemente la abracé. Al contrario, Martina se posicionó en una zona despejada, y todas las invitadas se pusieron tras ella. Lanzó el ramos y le cayó a Carla, la cual se hizo la loca y lo volvió a lanzar. Esta vez le cayó a Danna, y esta se lo quedó.

Pasó el rato, y los invitados nos hicieron un juego para conseguir encontrar los regalos. Los escondieron por el jardín mientras nosotras estábamos haciéndonos las fotos, y nos iban dando papeles con pistas para encontrarlos. Tardamos alrededor de una hora y media en encontrar todos, y por fin
terminamos de reunirlos.
D

urante toda la tarde hubo juegos, bailes, charlas, alcohol, ligoteos... y por fin llegó la hora de cenar.

Había dos tipos de menú, y cada uno podía elegir el que quisiese.

Opción 1. Cordero al horno trufado con patatas, acompañado de embutido variado, y helado estampado de pistacho.

Opción 2. Gambas a la plancha con leguado en su salsa, espuma de vainilla, y tarta de queso.

Cada uno dijo a los camareros de qué menú era el que quería, y a la media hora salieron los platos. Para los niños había un cóctel de croquetas, embutido, rebozados...
Terminamos cenar, y por fin llegó el baile.

*Pov Martina*

Nos dirigimos a la zona de baile, mientras un par de personas aún cenaba, y Claudia y yo nos situamos en el medio de la pista.  Empezó a sonar una canción preciosa y lenta para abrir el baile, y empezamos a bailar. Tengo que admitir que yo estaba muy nerviosa, porque soy un poco patosa, y algún que otro pisotón si que le dí a la de ojos claros...
Pero los nervios desaparecieron cuando en el último tramo de la canción cuando vi los ojos de Clau perdidos en los míos, ahí solamente sonreí y me dejé llevar. La canción concluyó y empezaron los paso dobles, que duraron al rededor de una media hora. La gente se mezclaba entre sí para bailarlos, y más de uno terminó yendo al pequeño bar de café express que montamos, para no caer rendido por el sueño.

Tras los paso dobles, empezó la fiesta. En una parte del salón había una completa barra libre, y vino un dj, poniéndo así música de fiesta, de discoteca, de verbenas... La verdad no me podía imaginar mi boda de otra forma que no fuera así. Baile con mi familia, con mis amigos, con muuuchos amigos, y también con Claudia. Sin duda, y creo que no hace falta que lo diga, me encantó bailar con Clau. Había canciones de estar más pegadas, tan tan juntas que nuestros labios se quedaran a centímetros, y no pude evitar besarla.
En otros bailes, bailamos a lo loco, como si fuera una discoteca. Bebimos, fumamos, nos besamos... Entre nosotras, con amigos, con familiares...

Había niños durmiendo entre dos sillas, otros en carros, alguna que otra pareja se metió al baño, otros casi acaban en coma etílico...

Sobre las 5 de la madrugada, cada persona que había en el baile se dirigió desvividamente hacia el pequeño puesto donde hacían crepes con chocolate para llenar su estómago de algo de algo que no fuese alcohol.

Sobre las 5 de la madrugada, cada persona que había en el baile se dirigió desvividamente hacia el pequeño puesto donde hacían crepes con chocolate para llenar su estómago de algo de algo que no fuese alcohol

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Todos estaban bailando mientras comían, otros estaban sentados, y otros incluso dormidos sentados en el suelo. A las 7 de la mañana Claudia y yo nos fuimos de aquel lugar y nos dirigimos al hotel.

Subimos, medio borrachas, sujetandonos la una en la otra. He de decir que obviamente no conducimos así, sino que pedimos un taxi. Subimos en el ascensor, y abrimos la puerta buenamente como pudimos, y entramos en la habitación que habíamos reservado aquella noche. Una suite con una cama enorme, servicio de habitaciones y jacuzzi. Llamamos para que nos subieran una botella de champagne con un par de copas, y así lo hicieron. Nos tomamos un par de copas entre risas, mientras recordábamos el maravilloso día.

-Que sueño me está entrando... Dijo la de ojos claros.

-Pues ahora no te puedes dormir, si falta la mejor parte de la fiesta... Le dije yo comenzando a besarla.

Clautina. El comienzo de una historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora