*Pov Claudia*
16 de Junio. Ya era 16 de Junio. Me casaba en dos días, y la presión y los nervios crecían por momentos.
Martina y yo cogimos un vuelo de madrugada, sobre las 6 de la mañana, desde Madrid hasta Barcelona. Tras terminar el vuelo de 1 hora y 20 minutos de duración, aproximadamente, llegamos a la ciudad condal. Sobre las 8 de la mañana entramos a un bar y desayunamos.
Mientras desayunábamos a Martina no paraba de sonarle el móvil y ella no paraba de rechazar llamadas.
-Peque, cógelo. Le dije.
-Déjalo, son los de vodafone por número oculto. Dijo intranquila.
Terminamos de desayunar y nos dirigimos al hotel. El hotel W BARCELONA.
-Tenemos una reserva. Le dije yo al entrar en la recepción.-¿A nombre de quién? Preguntó.
-Martina Cariddi y Claudia Salas.
-Anda, ¡Sois las que habéis reservado una planta entera! Dijo sorprendido.
-Sí, pero por favor, nadie del hotel se puede enterar de esto. Le dije seria.
Él asintió y nos llevó hasta la planta correspondiente. Eran las 9 de la mañana, y los invitados, iban a empezar a llegar a medio día.
Las dos primeras noches, Martina y yo íbamos a dormir en cuartos separados, pero a partir de la noche de bodas, dormiríamos juntas. Aprovechamos para descargar nuestras cosas e ir a dar un paseo por Barcelona. Vimos el PARK GÜELL, la basílica de la sagrada familia y la pedrera casa Milà.
Tras un rato de ocio, volvimos al hotel para comer. Comimos pollo asado con patatas, y nos dirigimos a nuestra planta reservada y poco a poco fueron llegando los invitados. Los matrimonios se alojaban en habitaciones que contaban con camas para ellos y para sus hijos. Llegaron todos antes de la hora de la cena, y se fueron alojando en sus respectivas habitaciones. Esa sensación que sentía era una de las mejores, había una muy buena vibra. La gente se hacía amiga, bajaban juntos a la playa, al spa, a la piscina... También los niños salían a los largos pasillos para jugar juntos a diversos juegos. Martina y yo pasamos una tarde estupenda tiradas al calor de la playa.
Cayó la noche y reunimos a todos en una gran sala que nos alquilaron para cenar apartados del resto de la gente. Una vez estábamos todos sentados, llamé la atención de la multitud chocando una cucharilla contra un vaso.
-A ver, a ver por favor silencio. Dije. Os vamos a pedir que por favor el día de la boda no subáis nada a redes, hasta por lo menos la mañana siguiente. Dije.
-¿Entonces no podemos sacar fotos? Preguntó una de las invitadas.
-A ver, sí, si que vais a poder sacar fotos y vídeos, de lo que queráis, lo que os pedimos es que no lo publiquéis el día de la boda, que nos apetece tenerla tranquila. Le contestó Martina.
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Clautina. El comienzo de una historia.
RomanceClaudia Salas y Martina Cariddi, dos grandes actrices que tienen que interpretar el papel de dos personajes que se aman, pero... Se quieren sólo en la ficción?