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Esos días en los cuales te sientas triste, recuerda que yo siempre estuve ahí; solo que tú jamás me viste observandote, amándote, anhelandote.
– Jiang WanYin

Últimamente sus días se habían resumido a su trabajo.

No le gustaba.

Él siempre había detestado estar solo con sus pensamientos, estos no solían servir de nada.

Sus pensamientos solo lo atormentaban haciéndolo sentir que no era suficiente y que jamás lo sería.

A él no solo le molestaba estar solo con sus pensamientos, también detestaba no tener a alguien a su alrededor. Temía de la soledad, sin embargo él jamás se había sentido acompañado, ni siquiera estando con La abuela Lixue se sentía acompañado.

La compañía en su vida siempre había sido molesta, pero la soledad... la soledad siempre le había rodeado, jamás lo había abandonado y con los años solo empeoró.

Sin embargo, la soledad lo abrazó completamente el día que todos sus sueños fueron deshechos... el día que se presentó como Omega. El día que, al menos para él, todo se fue al carajo.

Cuando era pequeño, soñaba con ser un gran Alfa, como su Muqin; él quería ser un digno heredero de la familia Jiang que hiciera que Bába y Muqin se sintieran orgullosos de él.

Durante toda su vida había querido que la sonrisa de Yu ZiYuan brillara orgullosa para él, pero nunca la vió. La sonrisa de Yu ZiYuan, jamás brilló para Jiang WanYin o el pequeño A-Cheng, realmente nunca había visto a su Muqin sonreír de manera sincera, era como si su Muqin no tuviera una razón para regalar una sonrisa sincera.

Durante toda su vida solo había visto el lado más estricto de sus padres. Para ellos no había tiempo de mimos o juegos, no había períodos para un tiempo de ocio incluso las vacaciones eran un itinerario planeado para aprender cosas que, si bien le serían útiles cuando tomara el control de la empresa familiar, él jamás pidió.

Aprendió los idiomas que movían el mundo, porque creía que haría que sus padres se sintieran orgullosos.

Aprendió a tocar instrumentos, por qué eso le ayudaría con las personas que se rodearía.

Aprendió arte, música, gastronomía, cultura general, economía global, historia y sobre todo aprendió todo lo relacionado sobre la compañía que dirigiría y la historia de las compañías asociadas.

Todo eso se fue al demonio cuando se presentó como Omega.

Ese fue el peor día de su vida.

Sus hermanos se habían esforzado en hacerle ver las ventajas sobre ser un Omega, pero él jamás las vió.

Él solo vió que no podría heredar Jiang S.A.

Al menos no correctamente.

En el mundo actual si un Omega quería ser alguien exitoso debía tener un alfa que lo proteja y él odiaba eso.

Primero fue su Muqin y ahora su esposo, y él no quería esto.

Detestaba con todo su ser depender de alguien más y sobre todo tener que mover su vida al ritmo que alguien más decidiera.

No es para mí (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora