CAPITULO 16

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Deseaba abalanzarme a el y abrazarlo, no quería que se fuera pero a la vez estaba tan dolido por sus hirientes palabras. Perdonarlo no sería tan fácil. Ese tipo de peleas se habían vuelto monotonía y eso empezaba a hartarme.

—Erick, no quiero seguir ya no puedo, necesito que tomes una decisión y que me dejes las cosas claras, por ahora el que me digas que quieres quedarte no me promete nada porque se que mañana volverás a lastimarme, enserio que lo he intentado una y otra vez me he puesto en tus zapatos, pero no todo gira a tu alrededor, no eres el único que la está pasando mal. Está vez estoy hablando muy enserio —me sincere con el con la intención de arreglar las cosas.

Terminé de hablar y esperé a que el dijera algo pero no lo hizo, solo se quedó ahí parado sin decir nada, sin siquiera mirarme a la cara. Me miró y pareció que miles de cosas pasaban por su mente.

Me aclaré la garganta y le digo por último. —Vete por favor, búscame cuando puedas responderme. Piénsalo bien. Quizás yo no soy para ti, quizás solo estás confundido y necesitas a alguien más, y lo que buscas no soy yo. Lamento no ser lo suficientemente bueno para ti —me di por vencido al no optener respuesta de su parte.

De un momento a otro, esto se volvió una triste e inevitable despedida.

En eso, decidió levantar la mirada y pude ver sus ojos llenos de lágrimas tratando de contener el llanto. Su rostro estába lleno de tristeza y confusión. Se me hizo un nudo en la garganta. Me arrepentí de decirle todas esas cosas que quizás lo hirieron más de lo que yo creía.

Traté de ignorarlo pero mis sentimientos no me lo permitieron y inmediatamente di pasos largos hasta llegar a su lado y abrazarlo. Verlo llorar me rompía el alma no podía dejarlo así, lo abracé y le susurré al oído;

—Aun así siempre puedes contar conmigo como tú amigo, siempre —le dije en un intento por calmarlo pero con  eso lo único que logré fue que estallará en llanto, mientras me abraza desesperadamente aferrándose tanto como podía a mi cuerpo

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—Aun así siempre puedes contar conmigo como tú amigo, siempre —le dije en un intento por calmarlo pero con  eso lo único que logré fue que estallará en llanto, mientras me abraza desesperadamente aferrándose tanto como podía a mi cuerpo.

No sabía que hacer, quería calmarlo no empeorar la situación.

—Entremos, está vez te quedarás, no puedes irte en esta condición-le dije.  No respondió nada solo continúaba llorando aferrado a mi.

Era de las pocas veces que lo veía en esa condición.Me separé de el como pude y lo jalé a la entrada. Ya estando dentro lo guíe hasta mi cuarto, lo deje sentado en mi cama, cerré la puerta y me quedo justo a lado de ella, mientras lo observaba. Su llanto ya había disminuido, pero lo seguía haciendo en silencio.

—Deberías dormir ya es tarde, mañana será otro día y podremos hablar con calma solo descansa —le sugerí

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—Deberías dormir ya es tarde, mañana será otro día y podremos hablar con calma solo descansa —le sugerí. Pero no me hizo caso. Me señaló a la cama con su mano aun lado, sugiriendo que me sentará a su  lado.

—Hasta mañana —le dedique una sonrisa de boca cerrada. Me despedí antes  de salir del cuarto para irme a dormir a la sala, cuando lo sentí detrás, aferrándose a mi nuevamente, pero está vez noté que sus lágrimas ya se habían ido.

Quedé paralizado. Podía escuchar los latidos de su corazón. Latiendo tan rápidamente, su respiración se aceleró. Podía sentir el calor que emana de su cuerpo. Sin más pensarlo empezó a besar delicadamente mi cuello, al instante sentí una corriente de electricidad por todo mi cuerpo. Besos delicados y suaves que después de segundos se convirtieron en besos húmedos y apasionados, de los cuales no me quejé en molestia si no en placer. El cuello mi debilidad, el lo sabía, el tenerlo por detrás sintiendo sus labios finos y suaves contra mi piel provocaba que mi corazón se acelerará. Estaba excitado y en segundos se puso duro. Lo sentía por detrás de mi espalda. Intenté zafarme de sus brazos pero fallé.

Mis hormonas tomaron el control absoluto de mi cuerpo. No podía moverme ni un centímetro, las manos de Erick pasaron por debajo de mi camisa para después recorrer mi estómago llegando a mis pezones. El contacto físico fue demasiado para mi. Mi cuerpo se estremeció. El aún besando mi cuello mordiendo mi oreja derecha, me estaba volviendo loco. Me dejé llevar por el momento sin poner resistencia y mi voz se volvió frágil y agitada.

—Erick que estás haciendo? —le pregunté en un susurró. El nunca se había atrevido a tanto, que me pareció otra persona totalmente diferente a la que conocía.

—Lo que siempre he deseado hacer contigo —me devolvió el susurró en mi oído con la voz jadeante y varonil.

Escuchar eso incitó a que me estremeciera aún más. Podía sentir mi piel totalmente erizada por el contacto. Sensaciones nuevas y únicas pasaron por mi cuerpo. El continúo su ataque a mi cuello, tocando mi cuerpo por los lugares que el deseaba. Lo único que podía y quería hacer era quedarme ahí parado completamente inmóvil para seguir disfrutando del contacto.

 Lo único que podía y quería hacer era quedarme ahí parado completamente inmóvil para seguir disfrutando del contacto

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El parecía tan seguro de lo que estaba haciendo y a donde pretendía llegar.

Yo por el contrario me sentía tan apenado. Nunca, nadie, antes me había tocado y hecho sentir de está manera.

Se sentía tan bien, ya que la persona que quería era la responsable de lo que estaba sintiendo

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Se sentía tan bien, ya que la persona que quería era la responsable de lo que estaba sintiendo.

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