CAPITULO 1

948 160 32
                                    

—¿Recuerdas? —mencionó con una amplia y emocionada sonrisa burlona.

—¿Qué? —hice un mohín pensativo, y el empezó a tararear una canción infantil que reconocí al instante.

—Descubrí hoy que gordo estoy con la gimnasia es peor mi apetito es aún mayor y me hago más panzón —finalizó sobándose el estómago en movimientos circulares.

Esa era la canción que los niños me cantaban para molestarme.

—No empieces Erick —me giré y lo observé con brusquedad.

—Dani no te enojes solo que no pude evitar recordar eso cuando vi un meme en Facebook de Winnie Pooh  —soltó un chillido que hizo que estallara en risas.

—Pues tu no te quedas atrás parecías un espagueti sin forma —me defendí, y lo mire con los ojos entrecerrados.

—Oye no te pases yo no te insulté tan feo solo recordé la canción, así es como me pagas por haberte defendido tantas veces —negó con la cabeza y fingió estar indignado.

—Tómalo como quieras —me encogí de hombros restándole importancia aunque en el fondo si estaba molesto.

—Ven acércate —me pidió desde mi cama donde se encontraba recostado boca arriba, extendió su mano izquierda hacia donde me encontraba leyendo un libro.

—¿Para que? —le pregunté indiferente, frunció el ceño y rodé los ojos. Me levanté deje el libro sobre la silla y suspiré exhalando el aire contenido como expresión de molestia por haber interrumpido mi lectura. Di alrededor de cinco pasos cortos para llegar a el, y sin velo venir me jaló del brazo quedando sobre el.

—Aun así gordito me parecías muy atractivo —susurró a mi oído en un tono seductor, y paso a morder suavemente mi oreja derecha.

Mi piel se erizo al sentir tan de cerca sus labios, por un momento pensé que iba a bajar a mi cuello y besarlo pero no lo hizo.

—Bueno, tu tampoco te veías tan mal  —admití en un tono más bajo por lo que el no logro entenderlo.

—¿Uhm? —emitió separándose quedando frente a frente. Frunció el ceño.

—Nada —aclaré nervioso. Rápidamente intenté levantarme pero me sostuvo de las muñecas y no me soltó por un buen rato. Me observó detenidamente detallando cada facción de mi rostro, con esos ojos negros que tanto me intimidaban. Y entonces se formó ese momento romántico y seductor donde suena la canción Careless Whisper de George Michael.

Momento romántico que se rompió cuando dije;

—Tienes una cucaracha en la cabeza—asustado soltó mis muñecas y se sacudió la cabeza alborotando su cabello.

No me dio tiempo de levantarme porque al instante se abrió la puerta sorprendiéndonos. Me le quité de encima con aflicción cayendo torpemente al suelo que me dolió el trasero. Las miradas se alternaban entre los tres, Erick me miraba a mi yo miraba a mi madre y ella nos miraba a ambos con cara de que mierda estaban haciendo en esa posición tan rara para dos supuestos "amigos". Ese si que fue un momento incomodísimo, más que cuando me encontró viendo porno en mi laptop, y bueno aclaro que solo lo vi por curiosidad, quería saber cómo se hacía eso.

Ella se centro en mi con cierto desconcierto y pregunto algo molesta.

—¿Que fue eso Daniel? —hundió las cejas y me dedico una mirada dura.

—No nada, solo estábamos jugando — solté abrumado.

—Si a las luchitas y eso —añadió Erick, y yo le dedique una fría mirada que claramente decía cállate.

DIECIOCHO MOMENTOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora