CAPITULO 24

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—De acuerdo, no colgaré —le respondí al teléfono en voz baja.

—Ok, voy a entrar ahora, deséame suerte.

—Ok suerte.

No logré escuchar nada más que pasos, hasta que lo escuché saludar a sus padres, su conversación hasta ese momento era de lo más normal cómoda y tranquila. Pasaron unos minutos de silencio que se me hicieron infinitos, como si él se lo estuviera pensando en soltar a lo que iba. Era algo serio así debía tomarse su tiempo. Pensé. Yo por mi parte me mordía las uñas de lo nervioso que estaba.

Cuando de pronto lo escuché de golpe.

SOY GAY-.

Lo peor estaba por llega. Escuché los gritos, quejidos, insultos, y el corazón se hizo añicos en desesperación de no poder hacer nada, mientras gritaba su nombre al teléfono.

—¿Erick que pasa?, Respóndeme, Erick —casi grite consternado.

Villery despertó al escuchar mis gritos.

—¿Dani que pasa? —se levantó de golpe confundida, y adormilada.

—Es Erick —emití con preocupación.

—Erick —repitió con el ceño fruncido—¿que le pasó?, ¿está bien?.

—Fue a ver a sus padres y les confesó que era gay su padre se puso como loco, lo escuché todo, no se que le hizo exactamente pero se que no está bien —intenté explicar con urgencia.

—Dani cálmate —habló con serenidad me tomo por los hombros —iremos a buscarlo ahora mismo, llamaré un taxi.

—Mierda el taxi ya tardo demasiado —proteste al ver que el taxi ya había tardado más de lo esperado.

—Cálmate Dani no tarda en venir.

Quería llorar, gritar incluso salir corriendo a buscarlo. Imaginar lo que estaba pasando me hacía sentir tan vulnerable. Quería estar con el. Rogué al cielo para llegar lo más pronto posible, había demasiado tráfico y eso hizo que me desespera más. Debería bajarme del taxi y correr hasta el. Pensé. Pero sabía que no era buena idea aún así tardaría más tiempo en poder llegar, mis nervios y ansiedad hacían que mi respiración se acelerará al punto que empecé a hiperventilar.

—Dani, todo va a estar bien —Villery, tomó y apretó mi mano. Di gracias de que ella estuviera conmigo en esos momentos, no hubiera sabido que hacer yo solo, verla a mi lado hizo que me tranquilizara un poco.

Mi teléfono sonó era una llamada de un número desconocido, contesté de inmediatamente.

—Bueno —respondí al instante.

—Dani tienes que venir, Erick está muy mal —al instante reconocí fácilmente esa voz, era la mamá de Erick...


Llegamos al hospital y corrí desesperado por lo pasillos en busca de el. Me encontré con su madre quien estaba sentada en una de las sillas de la sala de espera, me acerqué a ella y pregunté angustiado.

—¿Donde está Erick? —fue lo primero que salió de mi boca al verme su llanto aumentó tratando de explicarme lo que había pasado.

Se veía muy mal, sus manos temblaban y apenas podía entablar conversación, su maquillaje estaba completamente corrido, sus ojos rojos, hinchados y su cabello desordenado haciendo que se mojará con sus lágrimas.

Sin más que poder hacer me senté a su lado a esperar noticias...



Cuánto tiempo ha pasado no lo sé, minutos, horas. Ví a una persona con bata blanca acercarse.

DIECIOCHO MOMENTOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora