White Christmas || TodoDeku

Día 7: Villancicos

Un suspiro de satisfacción se le escapó al morder una alita de pollo que Izuku le había pasado apenas unos segundos antes. Sus papilas gustativas se derretían ante el aderezo agridulce, que daba paso a una carne suave.

— ¿Y?, ¿Qué tal? —la pregunta sobraba al ver como el bicolor se pasaba la lengua por sus labios para quitar los rastros de salsa, pero quería escucharlo—. ¿Te gustó?

— Demasiado —le sonrió antes de apuntar a la cajita de cartón que mantenía Midoriya sobre la mesa del comedor—. ¿Puedo tomar otra? —el peliverde asintió riendo a la par que le daba otra alita—. ¿Cómo dices que se llaman?

— Alitas BBQ —respondió recibiendo un asentimiento gustoso de parte de Shoto, que cerró los ojos al morder la pequeña pieza de carne.

Al salir de clases un par de horas antes, su madre le marcó pidiendo que fuera a su departamento para darle algo. Al llegar, le estaba esperando con una caja llena de alitas BBQ que había preparado.

A Izuku le encantaba, más cuándo su madre las hacía; dándole el sazón que tanto las caracterizaban. Aún recuerda cuándo All Might las probó, le encantaron tanto que pidió a Inko que le pasara la receta, sin embargo no resultaron igual cuándo él las hizo.

Por ello Inko le prometió hacerle alitas una vez al mes, para agradecerle por cuidar de su hijo y como regalo, por visitarla de vez en cuando. Hoy era el día, por lo cuál al llegar a su casa no se sorprendió al encontrar a su antiguo maestro sentado en el comedor de su casa, haciendo la misma expresión que Shoto en estos momentos.

Hace un par de semanas, cuando aún eran amigos. Iida llevó a la cafetería de la U.A varios platillos Americanos que su madre había hecho en su curso de cocina, pero se había emocionado tanto que hizo platillos demás.

Para no desperdiciar la comida, la llevó a la academia donde no duró mucho tiempo. Entre la variedad de alimentos, Izuku alcanzó unas alitas BBQ que invitó a Todoroki para comerlas juntos. Ahí fue cuando el bicolor le contó que nunca las había probado antes. Sorprendido, Izuku le incitó a comerse una y se maravilló al ver como los ojos heterocromáticos se ampliaban por el sabor.

Ese día le contó que su madre hacía las mejores Alitas BBQ, ya que mantenía el sazón que adquirió cuando vivió un tiempo con su padre en Estados Unidos, y le prometió que cuando volviera a hacer, le llevaría para que las probara.

Y ahora, que estaban en medio del comedor, donde sus compañeros iban y venían con gorros navideños de un lado a otro, peleando sobre qué canción poner para los famosos "villancicos" que propuso Jiro, no había duda de que perderse su entrenamiento de la tarde fue la mejor decisión. Todo con tal de ver la expresión de Shoto, que le recordaba a un niño pequeño mirando la pieza de pollo y manchando sus mejillas con salsa.

Rio al verle hacer un leve puchero por morder la alita, esperando carne y encontrando hueso en su lugar.

— ¿Quieres otra, Shoto-kun? —preguntó limpiando con cuidado su mejilla con una servilleta. A Todoroki se le iluminaron los ojos. Asintió—. Entonces, otra será.

— Gracias, Zuzu —murmuró tomando la alita que le daba—. Tú mamá es una buena cocinera, Fuyumi quedaría sorprendida si probara estas alitas.

Las mejillas pecosas se sonrojaron ante el halago de su novio a su madre. No era la primera vez que eso sucedía, pero era lindo viniendo de una persona tan importante para él, como lo es Shoto.

— Mamá da cursos de cocina los fines de semana, tal vez Fuyumi-san quiera ir —comentó nervioso tocando el borde de la caja de alitas—. No digo que tú hermana no sepa cocinar, sólo que comentas sobre ella y...