Capítulo 29

1.1K 72 16
                                    

     Emma llegó pronto a la comisaría. Tenía pensado salir un poco antes e irse a comer con Henry, pues con todos los acontecimientos de los últimos días, apenas había tenido tiempo para él. Cuando entró, se dio cuenta de que no estaba sola, pues se encontró a David sentado delante del ordenador. Hacía ya un par de días que habían discutido, y aún no había vuelto a hablar con él, pese a la insistencia de Killian de que fuera a verle. Probablemente, ése era un momento tan bueno como cualquier otro. Seguía dolida, pero estaba dispuesta a escucharle.

    - Hola.

    - ¡Emma! No te había oído llegar. - dijo David. Parecía un poco nervioso, probablemente al no saber de qué humor estaría su hija en esos momentos. - Estaba en casa sin hacer nada, y me pareció una buena idea venir a controlar un poco a nuestros “amigos”. - comentó, señalando con la cabeza el monitor del ordenador, donde podía verse la imagen de Rumple, Maléfica, Úrsula y Cruella en aquella pequeña cárcel. - Pero si no te parece bien, puedo marcharme.

    - No, no, está bien. Aún no se han matado entre ellos, ¿verdad?

    - Extrañamente, no. Parece que lo están llevando con una cierta tranquilidad, aunque tratándose de ellos, no creo que dure mucho…

    - Por su propio bien, espero que sí dure. ¿Cómo te has enterado de que les habíamos encerrado allí?

    - Regina telefoneó a tu madre para contárselo. Una idea brillante, por cierto.

    - No sé si es brillante, pero al menos está resultando útil.

    Quería decir algo más, pero no sabía exactamente qué, así que empezó a organizar unos papeles del archivo. Apenas unos segundos después, escuchó la voz de su padre a sus espaldas.

    - Sé que sigues enfadada conmigo, y tienes todo el derecho a estarlo. Sólo quiero que sepas que me arrepiento muchísimo de cómo manejé la situación. Está claro que no lo hice bien.

    - Pues no, no lo hiciste. - Emma dejó lo que estaba haciendo, y se volvió para mirar a David a la cara. - ¿Cómo pudiste ocultarme algo así?

    - No lo sé… tenía miedo. Creí que si te lo contaba, Gold haría daño a Neal, y…

    - Ya soy mayorcita para tener celos de mi hermano pequeño, pero cuando te escucho decir eso, parece que pusieras a Neal antes que a mí…

    - Eso no es cierto, Emma. - la interrumpió David. - Los dos sois igual de importantes para mí. Pero mírate… - el orgullo brillaba en sus ojos - mira en lo que te has convertido. Eres una mujer fuerte y luchadora, y aunque me duela admitirlo, lo has conseguido sola, porque tu madre y yo no estuvimos ahí para criarte. Y además, tienes esa… magia dentro de ti, magia buena, pese a los intentos de esos villanos por cambiarte. Llámame optimista, pero algo me decía que no conseguirían llevarte a la oscuridad, pasara lo que pasara. Supongo que creí que Neal estaba indefenso ante ellos, pero tú no, por eso… hice lo que hice. Pero ahora veo que no fui justo, porque soy tu padre y también debería haberte protegido a ti.

    - No necesitaba que me protegieras, papá. Sólo quería que fueras sincero conmigo y me contaras que te estabas enfrentando solo a algo así. ¿Sabes? En toda mi vida, nunca he sido la primera opción para nadie. No sabía lo que era que alguien te eligiera por encima de todas las cosas. El otro día, volví a sentirme así, sentía que me habías fallado…

    - No te haces una idea de cuánto lo siento…

    - Creo que sí… porque yo tampoco soy perfecta. He metido muchas veces la pata con Henry, y no hace mucho, ¡incluso estuve a punto de matarte! Killian me dijo que cuando las personas a las que queremos están en peligro, a veces no pensamos con claridad, y tiene razón. Te equivocaste, y la niña que fui hubiera pensado que era porque no me quieres lo suficiente… pero la mujer que soy ahora sabe que ha sido porque me quieres demasiado. Me parece que puedo perdonarte por eso.

Tú me has hecho mejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora