Capítulo 15

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    - Emma, tienes mala cara. ¿Has dormido algo?

    - Muy poco, sinceramente.

    Estaba agotada. Habría dormido dos horas como mucho, cuando el cansancio venció finalmente a sus pensamientos. Se dejó caer en una banqueta de la cocina, y recibió con agradecimiento el café que Snow le puso en las manos.

    - ¿Vas a contarme lo que te pasó anoche? Cuando Henry, tu padre y yo llegamos anoche, estabas metida en la cama y no quisimos molestarte.

    - En realidad, no me apetece hablar de eso. Siento haberme ido así y dejaros allí plantados, os compensaré otro día.

    - La cena me da lo mismo, Emma. Sólo quiero saber si estás bien.

    - He tenido momentos mejores.

    - ¿Por qué no me lo cuentas? Quizá pueda ayudarte. David se ha llevado a Henry al colegio, así que podemos hablar tranquilas nosotras dos.

    - Debería ir a la comisaria y seguir investigando sobre Maléfica…

    - Para un segundo. - Snow interrumpió a su hija. Se sentó junto a ella y le agarró la mano con cariño. - Ese tema no me preocupa nada ahora mismo. Por favor, no te lo guardes dentro. Si no quieres hablar conmigo, cuéntaselo a otra persona. A Killian, por ejemplo.

    - Él es la última persona con la que necesito hablar ahora mismo.

    - Vale, parece que he encontrado el origen del problema. ¿Habéis discutido?

    - Puede decirse que sí.

    - ¿Qué pasó?

    Emma cogió aire, lo soltó despacio, y volviéndose hacia su madre, le contó todo: las mentiras, sus sospechas sobre Ruby, la pelea… Inesperadamente, cuando Emma terminó de hablar, Snow se echó a reír.

    - Ah, estupendo, ¿te parece gracioso?

    - No, cielo, lo siento, no quería reírme. Pero… en serio, ¿Killian y Ruby? ¿Tú te has parado a pensarlo fríamente?

    - Sé que parece absurdo, pero dime si no tengo motivos para sospechar.

    - ¿Qué explicación te dio él para las mentiras?

    - Ninguna, no le dejé hablar, y luego fui cruel con él y… se acabó la discusión.

    - Mira, no soy la persona más indicada para defenderle, pero a pesar de sus defectos, creo que te quiere de verdad. Y por supuesto, pongo la mano en el fuego por Ruby. No es de esa clase de chicas, Emma, tú lo sabes.

    - Lo sé… ¿qué crees que debería hacer?

    - Pues si aún estás demasiado dolida con Killian, puedes hablar con la otra parte…

    - Tienes razón, voy a hablar con Ruby. Me pasaré por Granny’s antes de ir a la comisaría.

    - Bien. Si necesitas cualquier cosa, sabes dónde estoy.

    - Gracias, mamá. - la abrazó cariñosamente, y se puso en camino.

    Granny’s estaba hasta arriba, como todas las mañanas. Abriéndose paso, Emma consiguió hacerse un hueco en la barra. Esperó pacientemente hasta que Ruby la vio.

    - ¡Emma! Menos mal que estás aquí. Dame un minuto, acabo con estos desayunos y estoy contigo.

    La vio ir de una mesa a otra, acelerada, pero siempre con una sonrisa y una palabra amable para todo el mundo. Cuando terminó, dejó la bandeja en la barra y le gritó a la abuelita, que estaba en la cocina.

Tú me has hecho mejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora