- Emma, tienes mala cara. ¿Has dormido algo?
- Muy poco, sinceramente.
Estaba agotada. Habría dormido dos horas como mucho, cuando el cansancio venció finalmente a sus pensamientos. Se dejó caer en una banqueta de la cocina, y recibió con agradecimiento el café que Snow le puso en las manos.
- ¿Vas a contarme lo que te pasó anoche? Cuando Henry, tu padre y yo llegamos anoche, estabas metida en la cama y no quisimos molestarte.
- En realidad, no me apetece hablar de eso. Siento haberme ido así y dejaros allí plantados, os compensaré otro día.
- La cena me da lo mismo, Emma. Sólo quiero saber si estás bien.
- He tenido momentos mejores.
- ¿Por qué no me lo cuentas? Quizá pueda ayudarte. David se ha llevado a Henry al colegio, así que podemos hablar tranquilas nosotras dos.
- Debería ir a la comisaria y seguir investigando sobre Maléfica…
- Para un segundo. - Snow interrumpió a su hija. Se sentó junto a ella y le agarró la mano con cariño. - Ese tema no me preocupa nada ahora mismo. Por favor, no te lo guardes dentro. Si no quieres hablar conmigo, cuéntaselo a otra persona. A Killian, por ejemplo.
- Él es la última persona con la que necesito hablar ahora mismo.
- Vale, parece que he encontrado el origen del problema. ¿Habéis discutido?
- Puede decirse que sí.
- ¿Qué pasó?
Emma cogió aire, lo soltó despacio, y volviéndose hacia su madre, le contó todo: las mentiras, sus sospechas sobre Ruby, la pelea… Inesperadamente, cuando Emma terminó de hablar, Snow se echó a reír.
- Ah, estupendo, ¿te parece gracioso?
- No, cielo, lo siento, no quería reírme. Pero… en serio, ¿Killian y Ruby? ¿Tú te has parado a pensarlo fríamente?
- Sé que parece absurdo, pero dime si no tengo motivos para sospechar.
- ¿Qué explicación te dio él para las mentiras?
- Ninguna, no le dejé hablar, y luego fui cruel con él y… se acabó la discusión.
- Mira, no soy la persona más indicada para defenderle, pero a pesar de sus defectos, creo que te quiere de verdad. Y por supuesto, pongo la mano en el fuego por Ruby. No es de esa clase de chicas, Emma, tú lo sabes.
- Lo sé… ¿qué crees que debería hacer?
- Pues si aún estás demasiado dolida con Killian, puedes hablar con la otra parte…
- Tienes razón, voy a hablar con Ruby. Me pasaré por Granny’s antes de ir a la comisaría.
- Bien. Si necesitas cualquier cosa, sabes dónde estoy.
- Gracias, mamá. - la abrazó cariñosamente, y se puso en camino.
Granny’s estaba hasta arriba, como todas las mañanas. Abriéndose paso, Emma consiguió hacerse un hueco en la barra. Esperó pacientemente hasta que Ruby la vio.
- ¡Emma! Menos mal que estás aquí. Dame un minuto, acabo con estos desayunos y estoy contigo.
La vio ir de una mesa a otra, acelerada, pero siempre con una sonrisa y una palabra amable para todo el mundo. Cuando terminó, dejó la bandeja en la barra y le gritó a la abuelita, que estaba en la cocina.
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Tú me has hecho mejor
RomanceLas inseguridades de Emma y las dudas de Killian sobre si es lo bastante bueno para ella entran en juego... ¿será su amor lo bastante fuerte para superarlo todo?