"Nadie escoge su amor, nadie el momento, ni el sitio, ni la edad, ni la persona..."- Juan Rulfo
Su reflejo en el espejo había cambiado.
Parecía la sombra de alguien que alguna vez fue, pero ya no más.
No podía quejarse, al menos seguía vivo.
Wang Yibo había perdido peso en el último año. La línea de sus pómulos estaba muy marcada, igual que su mandíbula. Estaba convencido de que, si pudiera arrancarse la cabeza, esta le sería muy útil para cortar rebanadas de pan.
Una sonrisa se escapó de sus labios ante su ocurrencia y el espejo inmediatamente lo reflejó. Todo rastro del niño que había sido años atrás había desaparecido, sus cachetes se habían esfumado y sabía que, ahora, le costaba reír mucho más que antes.
El último año había sido, en efecto, difícil. Había decidido ser indulgente consigo mismo, después de tantas sesiones, se había aprendido ese verbo de memoria.
Sin embargo, a veces, era simplemente inevitable desviarse.
Reencontrar el camino era una tarea diaria.
Observó su reflejo un rato más, practicando su sonrisa y, a ratos, recordando cómo posar ante una cámara. Wang Yibo era un joven atractivo. Sus ojos rasgados azabaches eran difíciles de olvidar, tenía una mirada intensa y la pasión llameaba en ellos.
Pese a que en los últimos meses esa llama se había apagado bastante, era difícil no ver esa energía.
Con las cejas fruncidas, acarició sus ojeras. El maquillaje que su madre le había prestado no conseguía camuflarlas. Era imposible saber si era su pálida piel la que las resaltaba o si, por lo contrario, esas sombras destacaban más su tez nacarada.
Intentó relajarse.
Sé indulgente contigo mismo, se dijo.
Peinó su pelo con los dedos en un intento de verse más decente. Hacía mucho tiempo que no visitaba a su estilista, no había tenido el pelo tan largo desde su debut. En realidad, no era ni muy largo ni muy corto. De hecho, tenía la longitud adecuada para ponerlo de los nervios cada vez que pretendía peinárselo él mismo. Además, hacía mucho tiempo que no retocaba su tinte, las puntas de su pelo eran de un color cobrizo y contrastaban con la oscuridad de sus raíces.
Por eso había dejado de intentarlo, y su comodín eran las gorras o las coletas.
Nada de eso era útil ahora mismo.
Hacía unas semanas que había recibido una invitación de Liu ZiXuan, un amigo de la infancia. El sobre, de papel verjurado, era de un color blanco roto.
Su nombre estaba escrito en tinta dorada. Con los caracteres correctos.
Le sorprendió.
Tan solo habían sido amigos durante la guardería. Y aunque era del vecindario en el que se había criado, rara vez se veían. No se seguían el uno al otro en ninguna red social, sus madres tampoco eran amigas, y durante la etapa más importante de una amistad, la adolescencia, él había decidido emprender su viaje a Corea del Sur, en busca de oportunidades en el mundo artístico que tanto aspiraba alcanzar.
Sin embargo, allí estaba Liu ZiXuan, invitándolo a su boda un día 1 de agosto.
No pudo evitar pensar en su edad. Pronto cumpliría 26 años.
Algunos de sus amigos ya estaban asentando sus vidas, pero él apenas estaba empezando a resolver heridas del pasado, un ejercicio que a ratos parecía durar una eternidad.
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I'll Wait For You To Heal
Fanfic[FINALIZADA] [ZHANYI] Toma un tiempo recuperarse. Wang Yibo lo sabe bien. Y pase lo que pase, se hará responsable de sus propias acciones, suprimir sus emociones por tanto tiempo nunca fue una buena idea. El último año ha sido difícil, caer en una d...