Capítulo 11. Resilience.

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"It scares me how much I think about you"- Anónimo



El cansancio acumulado hizo que, poco después de su sesión, se rindiera de inmediato en un profundo sueño.

Estaba tan emocionalmente exhausto que, por fin, pudo dormir sin tener que dar antes diez mil vueltas en su cama.

Por supuesto, tampoco consiguió levantarse temprano.

No había ajustado ninguna alarma la noche anterior. Llámese descuido, llámese no me apetece pensar hasta que haya descansado.

Había extraído muchas verdades de su conversación con su terapeuta. Y ahora faltaba asimilarlas.

Aplicarlas.

Reencontrar el camino era una tarea diaria.

Sabía que le iba a tomar un tiempo, pero debía intentarlo, quería intentarlo. Aunque los resultados no fueran inmediatos, eso ya lo sabía, no iba a dejar que lo desmotivara.

Volvió a excusarse por no ir a trabajar. En realidad, casi todo estaba preparado. Marcaba los días que pasaban a medida que cruzaba los dedos para que todo saliera bien en su presentación de regreso. Debía ajustar el vestuario y terminar de ensayar con los bailarines, pero todo estaba hecho. El tiempo pasaba de forma inexorable.

Estirado encima de su cama, bocarriba, tenía la sensación de que el techo le caía encima. Volvió a sus respiraciones rutinarias.

Iba a tener más bajones similares a ese.

En cada una de esas veces, tendría que aprender a encontrar fuerza dentro de su propio corazón.

Iba a atreverse a amar.

Pero no quería depender.

Quería que, en el caso de que Xiao Zhan llegara a descubrir esas grietas, viera también su intento en rellenarlas de sabiduría.

Quería sentirse orgulloso de ser quien era.

Para cuando su ejercicio de meditación terminó, un rugido de su estómago lo desconcertó. Apenas había probado bocado el día anterior.

Encargó lo primero que encontró, y mientras esperaba al repartidor, tomó una ducha que necesitaba de forma desesperada. Deshaciéndose de hasta el último rastro de aflicción.

Premeditó varias veces, en el curso de su comida, sobre cuál sería su siguiente paso.

La sinceridad iba primero. Sabía que tenía que resolver esa tensión que había entre ellos des del último beso.

Poco a poco.

Por lo pronto, iría a verlo a su mismo despacho. Había una mezcla de entusiasmo e inquietud.

Se dijo que, de nada valía la ansiedad que sentía, era un miedo infundido por él mismo y por algo que no había ocurrido aún.

Extrañamente, funcionó.

***

Ya eran las cinco de la tarde. Xiao Zhan acostumbraba a trabajar hasta las seis. Eso le dejaba una hora para prepararse y llegar hasta allí.

Sintió como volvía a interesarse por su indumentaria, como lo había esos últimos días de verano, cuando iba a visitarlo por las tardes.

Frente a su vestidor, intentó valorar cuál sería el mejor atuendo.

La sudadera de Xiao Zhan colgaba de una percha después de haber sido abrazada la última noche para conciliar el sueño.

Probablemente esa era la mejor opción.

I'll Wait For You To HealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora