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Aprendiendo de la vida.
       
     Luna 🌙 .





pero Diego, yo te amo, no puedes dejarme así como así — murmuro Luna en un hilo de voz.

— Lo siento Luna, yo también te amo, pero no quiero seguir con alguien caprichosa como tu. Alguien que solo me busca para sexo y nada más. — Contestó de vuelta Diego lainez.

Luna sentía que todo se le venía abajo, ¿ como Diego estaba pensando en terminar su relación? Habían estado juntos desde secundaria, ahora estaban en la Universidad.

— No, dime que es una broma, hemos estado toda una vida juntos...

— Y por que lo hemos estado, por que te he conocido y he sabido quien eres, se que ya no quiero estar asi. Prefiero buscar a alguien que me quiera bien, por lo que soy, por lo que ofrezco y que me puedan dar algo más.

Y sin decir más Diego se dio media vuelta, se monto en su auto y se alejó de la casa de la chica.

Mientras tanto, Luna acarició uno de sus mechones rosas y apretó los ojos dejando caer sus lágrimas. Estaba afuera de su casa, justo Diego la habia ido a dejar. Durante el camino el menor de la familia Lainez habia estado callado, pensando en como decir que no quería nada más con aquella chica.

Mientras tanto Luna, observo la casa del Frente. Ahí vivía su mejor amigo, Ricardo Angulo.

Sin pensarlo dos veces, fue corriendo a aquella casa y tocó el timbre en repetidas veces. Sabía que a esta hora los hermanos Angulo estaban solos, por lo que poco le importaba si alguno se molestaba de la manera en la que tocaba.

La puerta color blanca se abrió, dejando ver a su mejor amigo desconcertado. Ricardo estaba por reclamar, claro que lo haría, pero al ver a su pequeña mejor amiga llorando prefirió ignorar aquello.

— Dios Luna, ¿ que es lo que a pasado? — quiso saber.

— Diego acaba de terminar conmigo — chillo entre llanto, eso sorprendió inmediatamente a Ricardo.

El mejor que nadie sabía lo mucho que se amaba esa pareja, ¿ por que Diego dejaría a Luna así como así? , el sinaloense por naturalidad sabía que algo más ocurría y se encargaría de encontrar respuestas.

Como el buen amigo que era dejó que Luna estuviera llorando en su hombro, sin importar que arruinará una de sus sudaderas favoritas con sus lágrimas y rímel que corrían en las mejillas de la pelirosa.

Un par de horas más tarde, Ricardo se encargó de ver a Luna cruzar la calle y entrar a su casa. Se estaba haciendo tarde y la señora Tania Morales podría molestarse.

Aunque Luna se decía así misma, ¿ a quien engañaba? , su madre nunca le ponía la atención que le gustaría. Desde que el señor Joaquín Prado falleció, Tania se sumergió en sacar adelante la empresa que les habían dejado como Patrimonio, trataba de que su hija tuviera la mejor posición económica posible.

¿ pero como no se daba cuenta que Luna no tomaba importacia de dinero? , pues bien ella vestía siempre a la moda y trataba de verse lo mejor posible, pero podía llegar a ser sencilla si así gustaba.

Luna solo pedía un poco de atención por parte de su madre.

***

Rompecabezas | Sebastián Córdova | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora