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Luna:






Entramos al jardín y efectivamente, había menos gente y todos desconocidos para mi.

Un chico venía de frente a mi, su mirada me barrió de pies a cabeza y se mordió el labio inferior.

— ¿ que se te perdió? — pregunta mi novio de mala gana

El chico solamente agachó la mirada y desvío su camino.

— Ignoralo — dije al momento de ver como Sebastián planeaba ir tras el, no llevábamos ni diez minutos aquí y el ya queria golpear a alguien.

— Te dije que no respondería si te veían de esa manera — mira detrás de mi — otro imbécil

— Sebas, entonces solo deja de verlos a ellos y mirame a mi — lo abrace

— son unos imbéciles — rei y bese su mejilla

— Me gusta que me Celes, pero no te pases, ¿ acaso no confías en mi?

— Sabes que si, Luna.

— entonces deja de verlos a ellos y mírame a mi.

Sonrió levemente y bese sus labios hasta que un par de llaves se agitaron en mi oído.

— Para ustedes la suite Presidencial, es la primera habitación— bromea Jorge Sánchez, rei

— Eres un tonto — golpeo su hombro — Hola Linda — saludo a la novia de mi " Amigo".

— Hola Luna, pensé que no vendrían— me saluda la chica de vuelta

— Estuvimos a punto de no, pero aquí estamos. Por cierto, ¿ los demás? — obviamente me referí  a cesar, Salvador y sus respectivas parejas

— Por allá — señala Linda

— Iré a saludarlos — comentó, pero más que nada le pido permiso a Sebastián con la mirada.

El me da una leve sonrisa, lo que supongo es un si. Se que no está bien pedir permiso a tu pareja, nadie debe controlarnos, pero esto lo hago por evitar problemas.

Sebastián es un maniático celoso, no quiero que golpee a los chicos que son amigos de Ricardo y en parte míos.

— Hola hola — los saludo con una sonrisa

— ¡ Prado! — exclaman al mismo tiempo — Oh, tu hombre viene..

Volteo a ver disimuladamente mientras río, cobardes.

— No muerde... Bueno solo si dicen algo de mi — rei al ver su cara de cierto temor — oigan no es broma, no le gusta que me miren de pies a cabeza y menos que me den algún halago, solo el puede.

— Vaya... — susurra Salvador

— Gracias por la información, apreciamos nuestra integridad — agrega César, imposible no reír.

Comienzo a platicar con los chicos y veo como Sebastián parece integrarse con algunos miembros del equipo de fútbol, raro por que según yo, Ricardo no se llevaba con ellos.

En fin, creo que socializo un poco.

Después de un rato la música tenía bien ambiente, por lo que rápidamente tome a Sebastián de la mano

— Bailemos — le pido

— No...

— No me gusta — le interrumpi

—exactamente, ya lo sabias preciosa — ruedo los ojos.

— No te gusta las fiestas, no te gusta bailar, no te gusta el Rosa, nada de lo que me gusta te gusta a ti.

Rompecabezas | Sebastián Córdova | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora