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Sebastián:






— Luna, por favor baja ya.

Estaba sentado a media escalera por que Luna cada que la apuraba, me decía un minuto más. Y de esos minutos más han pasado diez.

— Es que..

— ¡ te doy cinco segundos para bajar o yo voy por ti! — grite — ¡ Cinco, cuatro, tres, dos, uno — suspiro — ¡ Te dije que iba a subir!

Rápidamente subí las escaleras y escuche su voz

— ¡ Aun no estoy lista, si entras te asesino Córdova!

— Pues asesiname pero vámonos ya

Sin hacer caso a sus reclamos, entre a la habitación y estaba frente al enorme espejo viéndose de pies a cabeza.

Su mirada era dura y de enojo, pero cambio a una de dulzura, ternura y no se que más.

— ¡ Te pusiste la playera! — exclama eternecida

— Aja.. — hice una mueca de disgusto al ver mi reflejo en el espejo, aunque admitire que no me veo mal después de todo.

— Si no la quieres llevar, te la puedes quitar. Me doy por satisfecha de verleta puesta al menos un momento — seguía viéndome de la misma manera

— Creo que lo puedo soportar... Pero tu y yo nos vamos ya por que es tardisimo

Sin esperar respuesta, la tome de la mano y comencé a llevarla fuera, pase recogiendo su bolso que estaba en el perchero detrás de su puerta y finalmente salimos. Era un terror el de Luna no saber que elegir en todo ese enorme armario.



[•]





— Wow — murmuro mi tía cuando nos recibió en su casa — ni siquiera mi hermana logró hacer que Sebastián usará ese color, ¿ como lo conseguiste? — pregunta a mi novia, quien solo se aferra a mi brazo sonrojada.

— Que importa, admiren lo guapo que me veo — intervengo ganandome una risa por parte de ambas.

— pasen adentro, la noche comienza a refrescar.

Ella se hizo a un lado y nos adentramos a la casa, pero como era un pequeño pasillo para llegar a la Sala Luna tenía que venir detrás de mi.

— ¡ Sebas! — Mel se acercó corriendo a mi para recibirme en un abrazo, Pablo la imitó más tarde.

— ¿ como se portaron? —les pregunto, pero Melissa estaba shockeada viendo la playera que tenía puesta.

— Bien — responde Pablo antes de ser interrumpido

— ¿ es real que tienes puesta una playera de ese color? — pregunta mi hermanita, suelto una risa

— ¿ te gusta como se me ve?

— si, te ves muy muy guapo hermano — dice sonriendo

— Luna la eligió para mi, pero no me gusta — ella hace una mueca de asombro — solo no le digas.

Obviamente bromee, pues Luna estaba detrás de mi escuchando todo y sabiendo que era broma.

Los niños volvieron a jugar y Luna entrelazo nuestros dedos, íbamos a la Sala siendo seguidos por mi tía.

Parte de no querer ver seguido a mi tía, era que me recordaba a mi madre. Tanto físicamente como mentalmente, mi tía tiene el mismo pensar que mi madre al menos en la perspectiva de la vida y en como educar a sus hijos, espero estar haciendo un buen trabajo.

Rompecabezas | Sebastián Córdova | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora