| 26 |

1.3K 118 13
                                    

Bajamos del auto y frente a mi, había un enorme terreno de terracería. No se que cara habré puesto, pero Sebastián se acercó a mi riendo

— ¿ que hacemos aquí? — le pregunte desconcertada

Ninguno decía nada, solo sonreían cómplices y yo seguía observando a mi al rededor.  Habían al menos seis autos más estacionados, una gran malla y una tela enorme que no dejaba ver lo que había al otro lado

Sebastián rodeó mis hombros con su brazo, cerro la puerta y lo observe, esperando que ahora si me dijera que hacíamos aquí.

— Jugaremos Gotcha Paintball — dice sonriente

— ¿ que?, no, debes estar bromeando, yo no iré a jugar eso — dije decidida

— Anda, será divertido — dijo Mel

No quería jugar a esto, nunca lo había hecho. Era iluso ver a Mel feliz y emocionada por jugarlo, mientras literalmente yo estoy aterrada.

— No, Sebas — lo llame, seguía burlándose de mi. — mejor yo los veo jugar.. Desde el auto — soltó una carcajada

— Eres una cobarde, Prado — se ríe en mi cara — Melissa es una niña y le encanta jugar a esto — dice señalando a la pequeña que amarraba su cabello como podía.

— Callate — golpee su brazo — además, mira — señale mis tacones — y que ni pase por tu cabeza que voy a ensuciar este vestido

— ah si, casi lo olvidaba.

Se dio media vuelta y volvió a su auto, solo que esta vez a la cajuela. Ví como sacaba una pequeña maleta que se me había bastante conocida.

— toma

Me entrega la maleta y la abro, dejando ver una sudadera, unos jeans y unos tenis MÍOS.

— ¿ como conseguiste esto? — digo señalando todo, incluso la maleta era mia.

— Bueno, tu mamá no estaba en cada así que..

Deja las palabras en el aire elevando ambas cejas, debía ser una broma.

— ¿ Entraste a mi casa como un ladrón, Córdova? — le acusó selalandolo

— ¿ que?, claro que no. Le dije a una de tus muchachas que nos habías enviado por ropa, pensé que haría preguntas pero no, me la entregó sin más.

— pero..

— pero nada, ya no pongas excusas y vamos. Además, aquí te prestaran equipo de Seguridad, así que andando.

Entrelazo nuestros dedos, prácticamente me llevaba a rastras al lugar

— ¿ recuerdas a Hirving y Fernanda? — dice y asiento

Hirving y Fernanda eran sus compañeros o empleados, algo así. Fueron a quienes conocí la primera vez que fui a su casa.

— los que trabajan contigo ¿ no es así? — pregunto pegando mi cabeza a su hombro

— si, ellos.

Nos acercamos al grupo de chicos, salude a Hirving amablemente, pero con Fernanda no se pudo. En cuanto me vio, se dio media vuelta dándome la espalda y solo podía ver su cabellera negra.

— a ella ya la conoces — dice señalando al otro lado

— hola sofi — saludo con la mano y una sonrisa a la chica que cuida de Pablo y Melissa

— hola Luna — me devuelve el saludo con una enorme sonrisa

— Y el es Edson — dice señalando al más alto de todos, ojos cafés con un toque de verde en ellos, vaya que era algo atractivo pero había escuchado que es novio de Sofía, además no es mi tipo.

Rompecabezas | Sebastián Córdova | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora