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Luna :

Como ya era costumbre, Sebastián y yo caminabamos tomados de la mano por el campo de la Universidad. De pronto, siento como suelta su agarre y se avalanza hacia la izquierda

— Oye tu, ¿ eres o te haces?

Volteo a ver a mi novio, quien a tirado su chaqueta y mochila al césped. Ahora, tenía a mi mejor amigo tomado de la playera mientras podía jurar que iba a golpearlo

— ¡ Sebas! — me acerque a ellos — ¿ en que quedamos?

— En que el que lo viera primero se encargaba de el

— Pero yo lo ví primero — lo jale varias veces hasta que soltó a Ricardo

— Muy bonita su pelea, ¿ ya me puedo ir? — suelta Ricardo con ironía

— ¡ No! — le gritamos mi novio y yo como viles bravucones que intimidaban a su presa, mientras mi amigo nos veía con algo de miedo y sorpresa mezclado.

— Llegare tarde a  álgebra — se queja mi amigo

— No, Luna y yo llegaremos tarde. Tu si a caso vas a lograr ponerte de pie después de que me encargue  de ti

Sebastián dio un paso adelante para golpearlo tal vez, pero me puse en el medio, no quería que esto se fuera de control.

— ¡ Sebastián! — le regañe entre dientes pero me ignoro

— ¡ ponme una mano encima y me vas a conocer, Córdova! — ¿ escuche bien?, ¿ Ricardo está retando a Sebastián?

— Ricardo Angulo, callate — le regañe de igual forma, me ignoró obviamente

— Me canso si no te desfiguro — otra amenaza por parte de Sebastián

— A ver, vente — Ricardo abrió los brazos cual Ángel, esto era el colmo, ¿ acaso quería acabar peor que Diego o que?

— ¡ Basta los dos! — exclame, finalmente me vieron — Así no se puede, piensen bien si van a golpearse por que ambos me perderán de su vida.

Los señale molesta y me deje caer en el césped, ambos se retaban con la mirada pero era obvio que no iban hacer nada. Perderme no era una opción, no quiero se egocéntrica pero, ellos me adoran y harían lo que fuera por mi.

Después de que las miradas siguieran en nosotros por varios minutos más, de que mi novio desviara la mirada hacia mi y toparse con la mía, hable.

— ¿ Como supo mi mamá que vivía en casa de Sebastián? — pregunte obteniendo la atención de mi mejor amigo

— Yo se lo dije — respondió sin dudar

— ¿ y quien te dio permiso de abrir la boca? — le preguntó Sebastián de mala gana, lo mire mal y el a mi por que sabía que si o si yo me encargaría de esto.

— Luna, estaba preocupada por ti

— se nota, tanto así que he estado fuera por mucho y estuve cerca de largarme del país y ella no estaba enterada — rei

— Aunque no lo creas, ella pensaba que estabas conmigo, se preocupó mucho cuando mis padres preguntaron por ti al encontrarla en un evento , fue cuando ambos se dieron cuenta de la mentira.

Guarde silencio, ¿ me estaba cubriendo de mi madre?, ¿ por eso ella no se preocupaba de más?.

— Abri la boca cuando menciono que llamaría a la policía y reportaría el caso como secuestro— lo veo sorprendida — aunque no lo creas, pensé en ti y encima, pensé en salvarle el pellejo a este, pero ve como me agradecen los dos

Rompecabezas | Sebastián Córdova | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora