Ruido

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Ahí yacía yo sobre mi lecho frío, con el ruido en mi cabeza haciendo ecos en toda la cueva. Mi maldición me condenaba a vivir en el ruido y en la penumbra. Ya había pasado tanto tiempo que mis ojos se habían acostumbrado pero el ruido continuaba fastidiándome. No podía controlar mi cabello de serpientes que siseaban y escupían furiosas cuando estaban hambrientas.

No había probado bocado alguno desde hace ya algunos años. Para mí ese tiempo pasó como horas. No tenía noción del tiempo que transcurría a mi alrededor. Lo único que mi mente podía pensar era en aquel día en que me condenaron a vivir como esta bestia.

Pero esa noche de luna llena, mi hambre se calmaría pues un tonto viajero se había adentrado en mi cueva.
Por fin las serpientes se callaron, atentas a la presencia de una nueva presa jugosa.

5. Los ojos de la muerte [BG #5] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora