Mirada

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El espíritu de Dámaso se elevó y una brillante sonrisa coloreó sus labios. Sus ojos eran fantasmales, recién los pude apreciar en su más penumbroso esplendor. Cruzando de manera horizontal e inclinada, yacía la cicatriz de aquella injusta batalla. La herida era como un surco cavernoso en medio de su rostro, coronado por sus ojos de irises nubladas. Una visión no muy agradable para algunos. Estaba segura que muchos apartarían la mirada, quizá por varios sentimientos ocultos y razones. Algunos por pena, otros por asco y repulsión y otros por miedo.

Sin embargo, él jamás se enteraría de esas miradas que juzgan y destruyen el alma.

En ese instante comprendí que ese mortal y yo éramos similares. A ninguno de los dos podrían vernos de frente, directamente a los ojos. Nuestra mirada causaba terror a quien se atrevía a admirarla. La mía, muerte.

Parecía que Dámaso me contemplaba a través de la penumbra de sus irises. Sonreía y suspiraba y estaba perdido en su sitio. Hasta que de sus labios emanó una pregunta que no esperaba oír.

—¡Oh, poderosa diosa! ¿Podría concederme el deseo de volver a ver?

5. Los ojos de la muerte [BG #5] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora