Empatía

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Mi cuerpo cayó por inercia hasta el suelo. Quería consolar su tristeza y acunar su rostro afligido en mis manos. Igual que lo hice hace muchos años atrás.

El recuerdo es algo dulce y amargo a la vez. Dulce a revivir esos momentos alegres que dibujan una sonrisa leve en tu rostro y pinta de rojizo tus mejillas y amargo al darse cuenta que aquello es probable que no se repita.
El recuerdo de Killian era uno de esos.

Mi amado, el que abandoné por una injusticia. Nunca más supe de él. Habían pasado décadas desde la última vez que lo ví. Siempre deseé que su vida haya sido plena, a pesar de que yo no lo haya podido acompañar.

Aunque si pensé en ir a buscarlo aún con esta forma, el temor al rechazo era mayor. No solo eso. No podía controlarme al ver un humano cuando recién fui convertida. La experiencia es algo que impide acabar con la vida de Dámaso inmediatamente. No era así cuando todavía Killian estaba vivo.
Además, Dámaso es ciego e inmune a mi poder de convertir en piedra, no así mi primer y único amor.

—Tranquilízate. Solo te estaba probando...

Dámaso levantó su rostro buscando mi mirada entre la penumbra de sus ojos. Pensé que la había encontrado.
—Yo no soy digno de su perdón, poderosa diosa...

—Espera... Yo no soy Artemisa...

Aquello dejó perplejo al hombre frente a mí. Se levantó con cautela y golpeó su espalda contra las paredes de la cueva.
—Pero...

—Soy peor que ella...

5. Los ojos de la muerte [BG #5] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora