Cordura

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-No tengo razón por mis actos. Mi monstruosidad me arrebata la poca cordura que me queda.

Dámaso estaba calmado. El hecho de que le estaba diciendo la verdad lo mantenía sereno. La mentira siempre te hace inquieto e incómodo. No hay nada más calmante que la verdad, tanto para ti y para los demás, aún cuando esta pueda ser hiriente o triste.

-Entiendo perfectamente eso. No te preocupes.

-¿De veras quieres morir?

-Como te dije, no tengo ya un propósito. No puedo ver, estoy la mayor parte del tiempo tullido en un sitio, soy como un viejo árbol moribundo y torcido. Estoy pagando por mis antiguos actos -su voz se quebraba de vez en cuando, como si le doliera admitir la verdad.

-Creo que ya los has pagado suficiente.

-No, no es así.

-¿Qué más hiciste?

-Lo más terrible que te pudas imaginar. Le mentí a la persona a quién más amaba y con eso le arrebaté su felicidad.

-Me haces dar curiosidad. ¿Puedes contarme?

-Lo haré si luego me matas y me tiras al mar.

-Puedes matarte tirándote al mar de todas formas.

-No quiero morir de esa forma tan desesperante. Quiero morir en calma.

Una petición bastante curiosa debo confesar.

5. Los ojos de la muerte [BG #5] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora