Angstcember-[Multishipp & Multifandom]

Día 16: Listots |Himuro Tatsuya-Kuroko No Basket|

Titulo: No Puedo Superarlo.

Fandom: Kuroko No Basket.

Personaje: Himuro Tatsuya.

-Angstcember del grupo Club de lectura.

-Día 16: Listots.

Advertencias:

•Canonverse-Canon divergente.

•Posible Ooc en algunos personajes.

•Angustia, síntomas de ansiedad.

•Los personajes no son míos, son de Tadatoshi Fujimaki.

Resumen:

Sentía rabia cada vez que no veía jugar y como mejoraba paso a paso, pero más rabia le daba que sin importar cuanto entrenará jamás llegaría hacerle frente…

•Capítulo Único•

 

Muchos pensaría que ver al que considera su hermano, mejorar a medida que iba creciendo era algo por lo cual alegrarse pero para Himuro, no era así. Cada vez que veía a quien considera su hermano, mejorando él se sentía inferior.

Le era inevitable compararse con él otro, sentirse poco y que no avanzaba nada. Se odiaba así mismo por no poder mejorar, no importaba cuanto madrugará para entrenar con más tiempo o todos los ejercicios que practicaba pero nada servía…Himuro no mejoraba, no al punto de alcanzarlo.

Cuando a quien consideraba su hermano abandonó las Américas para Japón, aquel sentimiento de inferioridad no se hizo menos, era obvio que sentía cariño por él otro pero aquello no disminuía como se sentía.

No le gustaba mirarse al espejo, y verse como no avanzaba por más que se esforzaba. En cuestión de calificaciones el era mejor que su hermano, Kagami Taiga. Algo que no le servía de consuelo, quería ser mejor en baloncesto, no en estudios.

Para saciar aquel sentimiento de inferioridad, salía a la media noche pase que podría ser un peligro salir a esas altas horas de la noche, pero era algo que bien no sabia, si lo calmaba o solo incrementaba esa sensación. Caminaba por las calles de su barrio, mientras en su mente le daba vueltas los momentos donde Kagami era alabado por los demás, frases destructivas venían a su mente pero no era causa de los demás, sino de él mismo que siempre se menospreciaba.

Sentía que no valía, que nunca mejoraría y sobre todo que era un completo inútil en el baloncesto, incluso con la profesora que compartieron y fue quien le enseño todo, la había pillado en más de una ocasión alabando a Kagami que llegaría muy lejos con su disciplina. Todo lo hacia enojar, incluso recordarlo le hace enfurecer.

Sus pasos aumentaba el ritmo que llevaba hasta que empezó a correr mientras lloraba, sintiendo como su garganta dolía por no poder gritar como quisiera para dejar salir todo lo que tenía por dentro.

‘No sirves’

 

‘Nunca mejoraras’

 

‘Estorbas en la cancha’

 

Esas junto a otras más palabras y frases que venían a su mente como si fuesen dagas, su peor enemigo era él mismo, nadie más. La desesperación era algo que estaba en su diario vivir, menospreciarse ya hace parte de él, ese deseó de mejorar se habían vuelto casi como una obsesión para poder seguir.

Entre más quisiera mejorar, peor era el sentimiento. Pasaba despierto altas horas de la noche imaginándose los posible escenarios cuando se volviera a enfrentar con Kagami, iría a Japón a una escuela distinta que la de su hermano, tan solo para tenerlo de rival.

Sentía miedo en quedar como ridículo, porque sabía que el daño sería tal vez irreversible o si ganaba… ¿Seguiría sintiéndose igual? Podría ser, ha cargado con aquel sentir desdé hace mucho y duda que se desaparezca de la noche a al mañana, tan solo por ganar un partido.

‘Nunca podrás llegar a su nivel’

 

Suspiro mientras tiro aquel vaso que tenían entre sus manos a la pared, odiaba cuando su mente era su peor enemigo, odiaba sentirse insuficiente que en vez de darse ánimos, se daba era comentarios mentales destructivos. Dormía poco, entrenaba mucho y se desespera por todo pero sabe fingir muy bien que todo esta normal, que es una persona pasiva y compresiva, cuando por dentro es un completo tornado.

Al llegar a la academia, tuvo mucha suerte que su equipo fuera bueno, paso un año cuando se topo con una de primero con una estatura de dos metros, cabellos morado y perezoso para entrenar, pero era súper bueno en la cancha, poco después se entero que era uno de los llamados Generación milagrosa y podía dar fe que era súper bueno, pase que no entrenaba casi nada.

Ni teniendo aquel compañero-amigo tan bueno, seguido a los demás integrantes del equipo, pudo disminuir su sentir. Antes aquel sentir se aumento, cuando terminaban los partidos y ganaban–porque son muy buenos–, se encerraba solo para llorar y gritar. No sentía que aportaba algo para el grupo, todo empeoró cuando los rumores sobre Seirin del nuevo dúo; Luz y sombra que lo formaba Kagami Taiga y Kuroko Tetsuya. Ahora se sentía que en verdad su volar como jugador hasta como se humano, se reducía a menos de cero.

Un día fue a ver unos de los partidos de Seirin y vaya que fue lo peor que pudo haber echo, desdé que vio ese partió como aquel dúo se complementa, ver como Kagami ha mejorado en todo ese tiempo que no lo había, le lleno de rabia y esa insana obsesión de querer superar todas las barreras se intensificó, no podría sentirse bien, ni estar bien por más que quisiera… sentía ahogarse al verse o sentir que no avanzaba en absoluto.

 —No sirvo para nada…—dijo mientras sus lágrimas salían, una tras otras.

Su peor enemigo y su mayor obstáculo era su propia mente, que pase a los años jamás la ha podido superar. Alzó su miraba para ver la fecha y entre un par de días seria su partido contra Seirin, donde se enfrentaría a Kagami Taiga… Himuro no cree poder hacerle frente.

Fin.