La hora de receso llegó. No me gustaba comer en la cafetería, desde pequeña no toleraba el olor a comida y el cuchicheo de varias personas al mismo tiempo. Solo lo hacía por Edd, mi mejor amigo, me agradaba acompañarlo y ser parte de su espacio durante el desayuno.
Empujé con la punta de mi tenis la puerta de la cafetería y caminé directo hacia la máquina despachadora, rebusqué unas cuantas monedas para depositarlas y después agarrar una lata de Coca-Cola por el orificio de abajo.
Mi cuerpo se tensó al sentir unos brazos atraparme por la espalda haciendo presión, aunque me relajé al instante cuando escuché la familiar risa ruidosa de Edd, ocasionándome cosquillas en el lóbulo de la oreja.
Me removí de entre sus brazos y una vez que me soltó, me giré hacia él con una sonrisa.
—¡Hey! —saludé revolviendo su cabello.
—No hagas eso —gruñó divertido con un mohín causando que la ternura se presentara ante él.
Yo negué con burla y repetí mi acción.
—Es en serio, _____ —me reprendió riendo. Edd sujetó mis muñecas, volviéndome a abrazar pero ejerciendo un poco más de fuerza.
—Déjame respirar —reí.
Él deshizo su agarre, pasando un brazo por encima de mis hombros y así atraerme a su cuerpo, brindándome protección. Empezamos a caminar a una de las mesas del centro donde se encontraban algunos de sus compañeros del equipo, quienes al instante en que nos vieron, nos regalaron una sonrisa a ambos.
—¿Irás hoy a mi entrenamiento? —preguntó Edd, ladeando su cabeza.
Algo que adoraba de él eran sus ojos color verdes, un color muy bonito. Una gran ventaja, pues cuando te pedía un favor se te hacía imposible negarte.
—Claro —respondí en un asentamiento de cabeza. Él esbozó una sonrisa de oreja a oreja— ¿Cómo podría faltar?
—No yendo —bromeó Tom.
—Uy, muy gracioso Thomas —reprendí.
El chico no dijo nada, solo me sacó la lengua como toda persona madura haría. Oh, vaya que sí.
—¿Te paso a buscar? —Edd retomó la plática.
Sabía que, aunque me negara, él iría de todos modos. Eso ya era como una pequeña costumbre entre nosotros, pero aún tenía la decencia y sutileza de preguntar por ello.
Una vez que llegamos hasta la mesa, el castaño empujó a uno de sus amigos para él sentarse después. El de cabellos marrones —a quien sacó de su lugar, llamado Patryck—, lo miró con recelo mientras masticaba su pedazo de pizza.
—¿Tú qué crees, Edd?
—Entonces te paso a buscar —confirmó sonriente ante mi sarcasmo y me quitó la lata que tenía en manos, para tomar un sorbo.
Primeramente hice un puchero inflando mis mejillas pero tras ver unos ojos adorables de su parte en suplica de poder beber todo el líquido, solo rodé los ojos con una sonrisa terminando por oír un típico "¡YEY!" de su parte. Sabía que adoraba esa bebida.
—¿Vendrá al entrenamiento? —preguntó Tom.
Dirigí mi vista hacia el chico pálido con cabellera castaña clarezca e iba a responder, pero Patryck me interrumpió.
—¿Cuándo no ha ido _____ a un entrenamiento de Edd? —rió preguntando.
—El día en que murió su gatita —respondió mi mejor amigo, mirándolo con una de sus cejas en alto para dar un sorbo a la lata.
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𝐁𝐨𝐮𝐥𝐞𝐯𝐚𝐫𝐝┃Tord Larsson
Fanfiction❛❛ Era como si cada uno fuera un cielo. Uno era tormentoso y el otro uno soleado. ❜❜ ▬▬▬ E D D S W O R L D Boulevard┃un fanfic de Tord Larsson x T/N © Ningún personaje en esta novela me pertenece, más que solo la protagonista y personajes inventado...