Capítulo 9

195 33 5
                                    

Pov. _____

Tord pasó por delante de mí, sin hablar, y saltó por el barandal. Rápidamente corrí hasta donde él fue.

—¿A dónde vas? —pregunté por lo alto.

—Por si no lo notaste tengo una cita con el asiento que ya me es familiar de la directora.

Quise disculparme por lo que había hecho, hacerle saber que lo sentía de verdad.

Fracasé. Él ya corría una distancia lejos de mí.

Más tarde, en la cafetería, todo parecía estar normal. La plática con los chicos no cesaba, me incluían en ciertos temas o yo metía mi lengua, haciéndome notar e informándoles que formaba parte del grupo también.

—Chicos.

Esa voz. Oh, Dios. Esa bella y majestuosa voz que me paralizaba.

Como si mi vida dependiese de ello, alcé mi vista rápidamente.

¡Mierda! Me arrepentí en el momento por haber actuado tan descarada.

—Hola, Matt —saludó Edd con tanta facilidad, sonriendo.

—Hola, _____ —El pelirrojo se dirigió a mí, sonriendo, ignorando el saludo de mi amigo.

No podía articular palabra alguna y eso me hizo sentir tan tonta.

¿Desde cuándo él y Edd se llevaban? Bueno, eran compañeros al ser capitanes de diferentes equipos, pero no lo suficiente para que se llevasen como uno de hace años.

Aunque realmente no me molestaba en lo absoluto o me interesaba en estos instantes. Matt estaba en frente de mí sonriéndome y en lo único que me tendría que concentrar era en intentar que mi voz no saliese en un balbuceo o peor, tartamudeara.

—Hola.. —Mi voz sonó un poco baja.

Necesitaría un inhalador.

—_____, hay un partido la siguiente semana y me preguntaba si quisieras asistir junto a Edd. Él me ha dicho que irá.

Caída libre. Volteé hacia el chico con ojos color verdes quien me sonreía de oreja a oreja con los labios cerrados.

No podía creerlo.

Sentía esas ganas de golpear a Edd mientras gritaba que Matthew Hargreaves me estaba invitando a su partido.

—Claro.. —asentí sonriéndole tímidamente.

—¡Estupendo! —Se alegró él— Entonces nos vemos luego.

Me regaló un guiñó y chocó puños con Edd para irse lejos de nuestra mesa.

Volví a mi mejor amigo.

—¿Desde cuándo? —pregunté.

—Hace un par de semanas. —Se encogió de hombros—. Es un gran chico, tuvimos una charla y así surgió lo demás.

Me limité a dibujar una boba sonrisa en mi rostro y gritar internamente. Sería muy infantil pero necesitaba dar brincos. Mordí mis labios y acuné mi cabeza entre mis brazos sobre la mesa.

—Tranquila, _____, ya tienes una casi cita con Hargreaves. Ahora ¿qué piensas hacer? —Tom rió.

Levanté mi cabeza para contestarle, pero fue imposible porque la mirada oscura penetrante del chico castaño me atrapó desde una de las esquinas de la cafetería mirándome neutro.

Entonces, caí en cuenta de que no sabía si lo expulsaron o fue mandado a detención.

Me levanté de la silla y miré a los chicos.

𝐁𝐨𝐮𝐥𝐞𝐯𝐚𝐫𝐝┃Tord LarssonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora