Capítulo 6

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Pov. _____

Siempre habíamos intentado que tuviera vida y fuera pintoresca, como toda casa normal pero nos resultaba imposible. Después de que mi padre se fue, mi madre había estado levantando esta casa por sí sola, la cual era muy grande para dos personas, pero aun así las dos éramos unidas.

Ella y yo teníamos una relación muy bonita, de madre e hija; no niego que había desacuerdos o peleas entre nosotras pero, al final, terminábamos abrazadas viendo una película que a ella no le gustaba y se dormía a la mitad.

En esa soledad, las palabras de Tord se proyectaron de nuevo en mi cabeza.

"Wright, solo cuido de ti."

Después de todo no había servido de nada. Iba a ser lo mismo si perdía la clase con la profesora Molly.

No, hubiese sido peor. No sé cuánto tiempo estuve en el sillón, hasta que el sonido del timbre me obligó a levantarme. No tenía idea de quién podría ser. Arrastré mis pies por el piso, miré por la abertura de la puerta y me percaté de aquella cabellera cataña que se asomaba.

—Hey —Edd saludó apenas abrí.

Su mirada era de cachorro regañado. No podía seguir tratándole mal, estuve evitando sus llamadas y en el entrenamiento lo veía sin ninguna pizca de emoción.

Todos sus compañeros se dieron cuenta. Por más idiota que se comportara, no dejaba de ser mi mejor amigo.

Después de todo, él solo cuidaba de mí como aquel único hombre que tenía en mi vida.

—Lo siento —susurró, sus ojos se empezaron a cristalizar.

Mi corazón se encogió.

—No, no, no —dije rápidamente y lo abracé—. Cálmate, no tiene que ver con nuestra pelea, ¿cierto?

Él no agregó nada, pero asintió. Me llené de temor, volviéndome pequeña ante él por verlo llorar y no saber la razón. Me separé de él y cerré la puerta para sentarnos.

—¿Qué ocurre? —inquirí, poniendo una de mis manos sobre su rodilla.

Él relamió sus labios y echó un suspiro.

—Mis padres se separarán, mi... mi papá se llevará a mi hermana, Ell —balbuceó— _____, no puede hacerle esto a mamá, no debe.

Mis cejas se juntaron y tragué saliva sin tener nada positivo que decir en ese instante. Edd siempre había estado cada vez que tenía problemas y trataba de darme consejos, aunque era malo y terminaba haciéndome reír.

Ahora que él me necesitaba, yo no sabía qué hacer para ayudarlo. Me odiaba por ello y me sentía inútil ante mi mejor amigo, por lo que solo acorté la distancia entre nosotros y lo abracé, permitiéndole que hundiera su rostro entre mi cuello y mi hombro.

Sus lágrimas mojaban mi piel y mi blusa, pero no me importaba en lo absoluto. No tuve noción del tiempo estando así. Finalmente, fue Edd quien decidió alejarse.

Sus ojos se encontraban hinchados y sus labios muy rojos. A pesar de que se viera tan tierno, no podía aceptar el hecho de que estuviese así por algo que lo destruía por dentro.

—No sé muy bien aún, pero creo que no se irá de la ciudad —musitó.

—Eso es algo bueno. Digo, tu madre podrá ver a Ell al igual que tú a tu papá.

—No es lo mismo —respondió.

—Sé que no es lo mismo, Eddie... pero sería peor si se fuera de la ciudad —negué ante mis palabras y lo volví a abrazar después— Algunos matrimonios suelen tener muchos problemas, no entiendo por qué, se supone que te casas porque amas a la persona. Sé que balbuceo y ahora lo estoy haciendo —reí, separándome y mirándolo—. ¿Quieres hacer algo para distraerte?

Él asintió.

—Jugar videojuegos.

—No tengo ninguno —respondí.

—Lo sé, es terriblemente deprimente —bufó.

—Oh, claro —rodé los ojos—. ¿Quieres hablar de música? Esa que los chicos y tú suelen escuchar.

Edd me miró con su ceño fruncido.

—¿Desde cuándo te interesa ese tipo de música?

—La otra vez Tom estaba hablando sobre algunas bandas y me sentía muy tonta al solo oír cómo me platicaba de algo que yo no entendía —mentí.

—¿Por qué lo haría? Él sabe que no es de tu agrado.

—Ah, ¡pues no lo sé! ¡A ustedes jamás les ha interesado lo que yo piense u opine! —exclamé.

—Qué mentirosa —farfulló, entrecerrando sus ojos.

—Lo que sea —contesté.

—Ujum, dormiré. Tengo sueño.

Fue lo último que dijo y se giró, quedando boca abajo en el sillón mientras agarró una almohada y se la puso en la cara.

Bien. No había obtenido nada de información y yo no había sido de gran ayuda, pero Edd era muy fuerte y mañana seguiría con su sonrisa tan linda y sus hoyuelos hundidos en sus curiosas mejillas, riendo con aquellas carcajadas ruidosas, contagiosas y chistosas.

Sus padres habían tenido conflictos estos últimos meses, él amaba a su mamá e igual a su papá.

Qué situación tan desagradable cuando vemos cómo dos seres que tanto amabas se pelean de un momento a otro.

𝐁𝐨𝐮𝐥𝐞𝐯𝐚𝐫𝐝┃Tord LarssonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora