Capítulo 12

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Pov. _____

Estaba inmóvil bajo el cuerpo de Edd quien me aplastaba en el césped del campo del instituto.

Como todos los domingos, se suponía que entrenaba con su equipo pero todos se encontraban tirados bebiendo un poco de agua. Una bola de flojos, no había otra forma de describirlos.

—Realmente hueles pésimo —me quejé por vigésima vez.

—Es tu castigo por no haber ido al juego de Matt. —Sacudió su cabello haciendo que unas gotas cayeran en mi cara.

El sudor de mi mejor amigo se colaba por mi ropa y por más que le reclamara, él decía que me lo merecía. Al parecer estaba más indignado él que Matt por no haber asistido al juego.

—Te he dicho que de verdad no podía.

—Te he pedido que me digas el por qué y no me has dicho. —Edd atacó—. Parecía la pareja de él.

Su comentario causó una fuerte carcajada en mí, imaginándome a Edd apoyando a Matt desde las gradas. No resultaba ser una escena muy agradable que digamos, pero sí chistosa. 

Tal vez otro día tendría la oportunidad de verlo y poder reír mientras grababa aquel espectáculo.

—En serio quería ir, pero las circunstancias me lo impidieron. —Hice una mueca.

Después de haberle dicho a Edd que no podría ir me arrepentí, Tord estuvo después de un humor insoportable. Sin embargo, lo que había dicho de la luna era cierto, creo que jamás había visto algo tan hermoso como eso. 

Terminó contándome que el nombre lo sacó de una de sus bandas favoritas y me comentó que me llevaría a un viaje de la buena música un día de estos. 

Luego su humor se puso de los mil demonios cuando por fin me atreví a hablar sobre su marca en la muñeca.

"Creo que fue una gran equivocación".

—¡Gould! —La voz del hombre que se hacía llamar entrenador hizo que Edd se quitara encima de mí y todos se levantasen del césped—. ¿Qué hacen de flojos? ¡Muevan sus traseros y pónganse a entrenar! ¡Tienen que ganar un partido la próxima semana, perezosos apestosos! —Siempre solía llamarlos así y siempre terminaba burlándome cada vez que les gritaba—. ¡Gould!

—¡Voy! —Edd me miró, susurrando— Ese hombre está loco.

—¡Gould, quiero su trasero aquí!

—¡Le dije que ya voy!

—¡Quiero que grite así cuando ganemos!

Siempre me parecía cómica la relación que solía tener Edd con el entrenador John, gritándole y él devolviéndoselo. Sin embargo, creo que era algo que los hacía sentir bien y lograr que los entrenamientos fuesen sencillos.

El equipo del instituto estaba dividido en dos grupos: el capitán mandaba al grupo A, que era el de Edd y el subcapitán al equipo B, quien era Tom.

Mi mejor amigo se puso una venda en la muñeca y le dio una señal a su grupo. Segundos después el balón salió volando, provocando que todos empezaran a correr. El entrenador venía hacia las gradas donde yo me encontraba sentada y me miró.

—¿Crees que ganemos? —me preguntó mientras tomaba un poco de agua.

—Sí. —Mecí mis piernas.

—_____#, ¿podrías pasarme la mochila que tienes a un lado? —pidió indicando mi lado derecho.

—Es _____, no _____# —corregí por décima ocasión pasándole lo pedido. Solía decir mi nombre mal a todos ratos, y al decir todos ratos, era siempre. Era algo que odiaba, pero igual algo a lo que ya me acostumbraba viniendo de aquel hombre.

𝐁𝐨𝐮𝐥𝐞𝐯𝐚𝐫𝐝┃Tord LarssonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora