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— ¿Por qué te reis tanto? - me preguntó Aka en cuanto llegó, tomando asiento en el apoya brazos del sillon..-

— Porque se están peleando en el grupo.

— ¿Quiénes?

— Todos contra Oikawa.

— Pobre. - sonrio y lo miré.- ¿Qué pasa?

Estás muy lindo hoy, quería decirle.

— ¿Querés más agua? ¿Alguna pastilla? - pregunté poniéndome de pie para apagar las luces y en su lugar encender el velador.-

— Estoy bien ahora, además no me va a pasar nada. - volví a tomar asiento y lo observé con desaprobación.-

— Aka, no estás acostumbrado a tomar y cuando lo haces tomas un montón. Además probaste tragos de esos chicos. - lo regañé y puso los ojos en blanco.-

— Eran confiables.

— No digo que no lo sean, pero son bartenders, es decir que ponen muchas cosas.

— Tendrías que haber probado uno celeste. Fra medio espeso y tenía un nombre muy gracioso. - dijo y comenzó a reír.-

— ¿Cómo se llamaba?

— Escucha bien eh.... no lo puedo decir. Es una casa de familia.

— ¿Qué familia? - pregunté confundido.-

— Una vez me dijiste que habías encontrado un pollito.

— Te dije que me lo traje de un campo una vez que salí con unos chicos.

— ¿Y que le pasó?

— ¿Te acordás la vez que comí asado?

— ¡Bokuto! - me golpeó y reí.-

— Es broma. Solo que se hizo gallina y no podía tener una gallina dando vueltas en mí casa, así que la fui a devolver a su hogar.

— ¿En verdad?

— Si,  lo dejé en el primer campo que vi. Al principio no quería irse pero después vio otras gallinas y se fue. Casi me largue a llorar, sentí lo que sienten los padres cuando dejan a sus hijos en el colegio.

— Pero vos lo dejaste para siempre ahí, no lo vas a buscar de nuevo. Técnicamente estás haciendo un abandono de hijo.

— No lo digas así, Akaashi que me haces sentir mal y culpable. - me crucé de brazos y rió.-

Nos quedamos en silencio y lo único que pudimos hacer fue observarnos nos fijamente.

— ¿Por qué siempre me estás mirando fijamente? Te pareces a  m-

— Porque siempre estás lindo y no puedo evitar mirarte.

— Ay por dios no empieces. - se tapó la cara con ambas manos y sonreí.-

— Es la verdad, además vos me preguntaste. - me encogí de hombros y me miró.-

— Porque pensé que me ibas a decir que siempre estoy despeinado o que tengo algo en la cara, no sé.

— Aún así estés despeinado o tengas algo en la cara, siempre estás lindo. No lo puedo evitar.

— No me digas esas cosas, Bokuto. Te olvidas que soy sensible.

— Perdón.

— Además siempre decís lo mismo y no haces nada después. - se cruzó de brazos y copié su acción.-

— ¿Que querés que haga?

— No sé, pensa que puedo llegar a querer que hagas después de decirme que soy lindo y chamuyarme.

— ¿Qué lo deje de hacer? - pregunté y suspiró.-

— No, Bokuto, pensá un poquito más.

— Siempre me decís que lo deje de hacer, creo que voy a dejar de hacerlo ahora a menos que me digas que lo haga otra vez.

— Pero...

— ¿Pero qué?

— Nada.

— ¿Por qué estás sentado tan lejos? - pregunté, en realidad no estaba tan lejos pero si lo estaba.-

Observó el espacio entre nosotros y se acercó más a mí lado.

— ¿Contento? - preguntó y asentí.-

— Mucho mejor, puedo sentir mejor tu perfume. - sonreí y negó con la cabeza.-

— Yo creo que seguis estando lejos como para sentirlo.

Lo observé y trague pesadamente, lo que iba a hacer podía salir bien o mal.

Me acerqué a él lo más que podía y lo abracé, escondiendo mí cabeza en el espacio en su cuello. Escuché una leve risa de su parte y seguido su mano sobre mí cabello dando leves caricias. Suerte que hoy decidí no usar gel y dejarlo caído.

— ¿Mejor? - preguntó y asentí sin moverme demasiado.-

— Mucho mejor.

Nos quedamos en esa posición durante largos y largos minutos, en silencio y solo pude llegar a una conclusión...

Creo que me gusta Akaashi.

Apreté más mí agarre a su alrededor y respire profundamente sobre su cuello.

— Me haces cosquillas, Bokuto. - dijo riendo y con mí nariz di leves caricias sobre su cuello.-


Sí, definitivamente me gusta Akaashi.

Soulmates. [ bokuaka ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora