Soulmates. [ bokuaka ]

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.* :☆ﾟ.  Maratón 2/3 .* :☆ﾟ.

— Oh, Akaashi. No te presentamos pero ella es Morena, la novia de Bokuto. - dijo Kuroo y le di una patada.-

— No empieces con eso. - dije y Morena le dio un golpe también.-

— Basta de golpearme, los voy  a acusar.

— Vos sos el que empieza, después no te la aguantas. - dije y me miró enojado.-

— Vamos, Atsumu. - tomó al chico del brazo y comenzó a caminar.-

— Ayuda. - dijo el rubio y se fue.-

— ¿Y yo qué? - preguntó y me miró.-

— Él es Akaashi. - les presenté bien.- Ella es Morena, una... amiga. - reí .-

— Un gusto. - dijeron ambos.-

— Bueno, me voy a ir... Hablamos en otro momento. - dijo Morena y se  fue por el mismo lado que los chicos.-

Me giré a mirar a Akaashi y luego de mirarme se dió media vuelta entrando a la enfermería nuevamente pero dejando la puerta abierta.-

Miré a mis lados confundido y vi a Kuroo y los demás haciéndome señas para que entre.
Comencé a negar con la cabeza, nunca me dijo que entre y no quiero que me corra.

— ¿No vas a pasar? - preguntó y abrí enorme mis ojos.-

— No me habías invitado. - dije entrando al lugar.-

— Nunca te pido las cosas y sin embargo las haces igual. - lo observé confundido al no entender a  qué se refería.-

— ¿Qué te pasó? - pregunté y se sentó sobre la camilla.-

— Nada, simplemente me desmayé. Fue un momento de  debilidad. - rió levemente y lo observé serio.-

— ¿Por qué no comes?

— A veces simplemente no tengo hambre o ganas de hacerme algo de comer.

— Tenés que comer, Akaashi.

— No es tan fácil hacerlo como decirlo. - dijo poniendo los ojos en blanco.-

— Yo entiendo que no sea fácil pero tenés que intentarlo. Te puede volver a pasar esto. - le regañe y sonrió sin mostrar los dientes.-

— No necesito que me regañes vos también, ya lo hizo Konoha. No necesito más. - se cruzó de brazos.-

— Lo hago porque me importas, Keiji. Somos amigos.

— Si fuesemos amigos no me hubieses dejado solo en estos dos meses.

— ¿Me estás echando la culpa a mi? - pregunté indignado.-

— ....

— Te recuerdo que no fuiste el único que la paso mal.

— No me digas. ¿Qué te pasó a vos? ¿Estuviste abajo de las sábanas llorando porque te rechacé? ¿Fue eso todo lo que te pasó? Tan mal no estabas para haber conseguido novia tan rápido.

— ¿Qué tiene que ver qué haya o no conseguido novia?

— Que me estás diciendo que no fui el único que la pasé mal, vengo teniendo problemas alimenticios desde hace mucho tiempo y vos venís a decirme que no fui el único que estuvo mal. Si te  das cuenta que tu problema no tiene ni lo mínimo en comparación con lo mio. ¿Verdad?

Suspiré y no dije nada, podía tener razón pero no se la iba a dar, estoy demasiado enojado.

— ¿Hace desde que te deje de hablar que no desayunas? - pregunté y se encogió de hombros.-

— Algo así... Trate de  seguir haciéndolo pero no tenía ganas, me gustaba más lo que me hacías vos. - murmuró y sonreí.-

— Puedo seguir haciéndolo si tanto te gusta.

— No quiero que te comprometas a eso, estoy bien. Ya aprendí la lección y no va a pasar otra vez.

— ¿Cómo estás tan seguro? - pregunté y me miró.-

— Voy a comprarme el desayuno.

— La idea es que hagas  un buen desayuno en tu casa, Aka. No que compres un café en un kiosco y unas medialunas.

— Pero es desayuno. - dijo y negué.-

— Voy a hacerte el desayuno yo otra vez, en verdad no es ningún problema, también voy a pasarte a buscar para asegurarme de que tampoco llegues  tarde que me estuvieron diciendo que también llegas tarde.

— Que vieja chusma que es Konoha, nunca más le cuento nada.

— Es mí fuente de información, así se que te pasa.

— ¿Le preguntas a él cómo  estoy en vez de  venir a preguntarme a mi? - preguntó y sentí un poco de enojo.-

— A veces no puedo ir a verte, estos días estoy a full con exámenes y Konoha siempre  se aparece por allá solo.

— Entiendo. - dijo y nos quedamos en silencio.-

Estaba sorprendido de que el timbre aún no haya sonado, tal vez no llega el sonido hasta acá.

— Creo que-

— Perdón. - soltó y lo miré.-

— ¿Qué? ¿Por qué? - pregunté confundido.-

— Por todo, por siempre hacerte sentir mal.

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Después de la tormenta viene la calma.