Capítulo 1

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—Diez minutos para empezar, señorita Sampaio

—Está bien

Julieta Sampaio, se miró en el espejo de su camerino una vez más para constatar que se veía bien, el teatro estaba lleno, pero eso no debía sorprenderla cada vez que la Reina del Piano se presentaba era un llenazo total, todos querían verla tocar, llevaba un vestido rojo que le ajustaba al cuerpo y un recogido

Comenzó su carrera a los 8 años cuando su padre le regaló un piano a su madre, pues quería aprender a tocar; sin embargo, doña Regina Sampaio no tenía mucha paciencia y se frustró al ver que no progresaba y no quiso seguir, su marido Manuel Sampaio, estaba muy molesto, fue una pérdida de dinero

—¿Sabes cuánto me costó ese piano Regina? Miles de reales

—No me importa, quiero ese piano fuera de aquí

—Claro como tú no tuviste que pagarlo, te pregunté muchas veces si lo querías y contestaste que sí

—Porque no sabía lo pésima que era Manuel por eso

—Llevas apenas una semana, no puedes darte por vencida

—Ni siquiera sé leer la partitura

—Ay Regina, ¿piensas que los grandes intérpretes aprendieron en una semana? No, fueron semanas

—No me importa si duraron siglos, ya no quiero ese piano, regálalo a alguien o devuélvelo a la tienda –dijo acostándose para dormir

Manuel resopló y también se acostó, sabía que discutir con su esposa no era buena idea y siempre terminaba perdiendo, pero debía resolver ese asunto, era un buen piano y no quería desperdiciarlo, talvez podría dar clases particulares ya que tenía talento y paciencia para enseñar, debía tenerla con Regina, pero la amaba, a ella y a su hija Julieta, eran su reina y su princesa.

Eran las seis de la mañana cuando escucharon la "Sonata para Piano N°7" de Beethoven, la melodía que habían practicado esa semana, se volvieron a ver, no tenían idea de quién podía estar tocándola, pero quien fuera lo hacía muy bien. En ese momento llamaron a la puerta, era Mercedes una empleada.

—Disculpen, don Manuel, doña Regina creo que deben venir a la sala

—¿Qué pasa Mercedes? ¿Quién está tocando el piano? –preguntó Regina

—La niña Julieta

Se miraron y de inmediato se levantaron y fueron a la sala, los sirvientes estaban viendo al piano y ahí estaba Julieta, con sus manos pequeñas tocando las teclas, como si llevara años practicando, Manuel y Regina estaban emocionados, cuando Julieta terminó la canción todos aplaudieron, ella se volvió asustada y vio a todas esas personas, sus padres se acercaron

—Mi amor, ¿dónde aprendiste a tocar esa canción? –preguntó Manuel

—No sé, la escuché cuando se la enseñabas a mami y me la aprendí –contestó con timidez

—Pero lo hiciste muy bien cariño, tienes el talento que yo no –dijo Regina sonriendo –tienes el talento que yo no

­—Juju, ¿te gustaría aprender más piezas? –preguntó Manuel

—Sí quiero

—Bien, a partir de ahora, seré tu profesor

Con el paso de los días, semanas y meses, Julieta fue progresando hasta convertirse en una gran intérprete, hasta el punto de no necesitar partitura, a los 17, partió a estudiar a un conservatorio para perfeccionar su técnica, sus profesores estaban sorprendidos por el talento de Julieta, le decían la promesa del futuro, una de sus profesoras propició su primer recital, así que debutó a los 20 años en el teatro de Sao Paulo, recibió aplausos de pie y muchos ramos de rosas en especial rojas como el vestido que llevaba ahora.

Antes de salir al escenario, respiró hondo, cerró los ojos y dijo su lema:

"Cuando toco el piano, brillo como las estrellas del cielo"

Caminó hacia el piano mientras escuchaba la presentación del maestro de ceremonias, al estar sentada frente al piano escuchó:

"Y ahora sin más preámbulos, Julieta Sampaio, la Reina del Piano"

Después de los aplausos, se abrió el telón y ella comenzó su recital, la música salía de sus dedos creando una hermosa melodía, como ese teatro fue donde dio su primer concierto, inició con la Sonata N°7 de Beethoven conmemorando esa mañana cuando tenía 8 años en que había descubierto su amor por la música.

Seguidamente tocó "Para Elisa" también de Beethoven, le encantaban las piezas de ese compositor, luego tocó dos notas de su autoría, "Amor de Primavera", "Sueños", tocó otras de su autoría y de otros artistas, tocaba canción tras canción no sentía dolor en los dedos pues disfrutaba lo que hacía.

El recital duró dos horas, cuando terminó hubo aplausos de pie, ella sonrió, hizo una reverencia y se retiró a su camerino, ahí la esperaban sus padres y su novio Osorio Bettancourt, llevaban juntos dos años, pertenecía a una buena familia, se conocieron en un evento, al principio le pareció arrogante pero al conocerlo mejor vio que era interesante y un buen muchacho, la invitó a salir un par de veces y un día, pidió permiso a Manuel y Regina para ser el novio de Julieta.

—Otro hermoso recital mi amor –le dijo

—¿Te gustó?

—Todos tus recitales me encantan, tengo una novia muy talentosa

—Gracias mi amor, confieso que estaba un poco nerviosa

—¿La Reina del Piano nerviosa? ¿Desde cuándo?

—La canción "Amor de Primavera" la inventé apenas anoche y tenía un poco de nervios de equivocarme

—Julieta fuiste arriesgada mi amor –dijo Regina

—Sabes que me gusta el riesgo mamá

—Sí, lo sé nosotros tres lo sabemos

En ese momento apareció Olegario su agente, anunciando que el gobernador había invitado a Julieta y su familia a una cena, después de un debate aceptaron, Osorio propuso que fueran en su auto, pero Julieta dijo que iría en su carro particular

—Ustedes saben que me gusta pensar después de un recital, lo haré en el carro

—Julieta, creo que es mejor que vengas con nosotros, tengo un mal presentimiento

—Mamá no te preocupes, no sucederá nada vamos a cenar y después vamos a descansar nos vemos en un rato –dijo entrando en el coche haciendo señal a su chofer

Regina entró en el otro auto con su marido y futuro yerno, sintiendo una opresión en su pecho, sentía que sucedería algo con su hija y por desgracia no se equivocó, Julieta se recostó en el asiento cerrando los ojos y por un momento pensó quién sería si no fuera la Reina del Piano, sino solo Julieta Sampaio, hija de Manuel y Regina, novia de Osorio simplemente.

Siempre hay que tener cuidado con lo que se desea y Julieta vio que este dicho es cierto, Tião su chofer avanzó en un cruce, un auto no hizo la parada y colisionó contra el carro, Julieta solo vio el resplandor de las luces que venían directamente hacia ella y después la oscuridad.

Ojos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora