Cuando Julieta se sintió lo suficientemente recuperada volvieron al Valle del Café para que la pianista pudiera preparar su concierto y visitar los lugares que significaron tanto mientras estuvo ciega. Aurelio debió irse antes pues lo necesitaban en el hospital pero se reuniría con ella en cuanto llegara, a pesar de haber visto esos paisajes miles de veces, por su condición anterior ahora veía el valle más hermoso, quería llegar cuanto antes para estar con Aurelio y Soberano, de hecho al terminar de instalarse, fue a los establos, al acercarse a la caballeriza que ocupaba su amigo, sentía su corazón palpitar de emoción, Soberano estaba comiendo su avena y al ver a su dueña se acercó a ella.
—Soberano, ya puedo ver –lo abrazó –extrañaba mirarte, ¿estás feliz? –recibió un relinchar de su parte –Aurelio me operó, lo conociste un día mientras te cepillaba, es mi novio, lo amo y deseo casarme con él, aún no me lo ha propuesto, ojalá lo haga pronto, ya quiero convertirme en la señora Cavalcante
De pronto sintió unas manos sobre sus ojos, asustándola, pero se relajó al reconocer de quién eran
—Hola preciosa – saludó Aurelio
—Mi amor, viniste –Julieta se volteó y lo abrazó, preguntándose si había escuchado lo que habló con Soberano -¿no deberías estar en el hospital?
—Me tomé unas vacaciones y vine a pasar tiempo contigo
—¿De verdad? –exclamó emocionada
—Sí, vine a invitarte a pasear
—¿A dónde? –preguntó interesada
—A nuestros lugares del valle, donde fuimos felices, además nos debemos un paseo a caballo
—Voy a pedir que ensillen a Soberano y partimos enseguida, ¿por dónde comenzamos?
—Conozco el lugar perfecto para comenzar, mientras tanto conoce a alguien
—¿A quién?
—A él –contestó trayendo a Emperador
—¿Este es Emperador?
—El único
—Es más lindo y majestuoso de lo que imaginé –dijo acariciando su crin –hola Emperador –me alegra verte al fin –el caballo relinchó feliz al sentir a Julieta –me alegra que me recuerdes amigo
—¿Quieres montarlo?
—No mi amor es tu caballo, se sentiría incómodo si alguien más lo monta
—Por supuesto que no, él te conoce
—Aquí está Soberano señorita –anunció el cuidador
Julieta montó a Soberano y los dos partieron a la Hacienda Oro Verde, era un largo camino y se preguntó cómo pudo llegar a la propiedad, también se sentía feliz de poder volver a cabalgar, extrañaba esa sensación única que solo ofrece montar a caballo. Aurelio quiso que fueran donde la había encontrado con Basil, entraron en la propiedad y se dirigieron hacia el cauce del río y lo siguieron, cuando Aurelio vio un árbol grande, les pidió detenerse.
—Aquí te encontré mi amor, bajo ese árbol, con tus ojos perdidos y tu expresión asustada
Julieta bajó de Soberano y se acercó al árbol y lo analizó, era muy grande, pero no lo suficiente para esconderla
—En realidad fue Basil quien me encontró, por cierto, ¿cómo pasó?
—Estaba paseando con él en la cascada –dijo Aurelio bajándose de Emperador
—¿Cascada?
—Sí, tenemos una cascada río arriba, cuando estoy aquí me gusta ir a nadar, fui con Basil y de pronto él salió corriendo, después volvió pidiéndome que lo siguiera
—Yo puedo explicarte esa parte, escuché ladridos y me asusté mucho, así que corrí hacia adelante sin detenerme a pensar si podría caerme, solo deseaba escapar de ese perro y que no me mordiera, su ladrido era muy fuerte
—Lo sé, pero después te das cuenta de que es muy tierno
—Sí, fue con el trato que lo supe
—Nunca te he preguntado, ¿qué sentiste al escuchar mi voz?
—Curiosidad, luego calma, después cuando me abrazaste sentí paz y el consuelo que necesitaba desde que había quedado ciega y después con el tiempo me enamoré de ti
—Creo que es el destino, fuimos novios de niños
—No es cierto, tú me regalaste una pelota es todo –corrigió Julieta
—Eso es como una declaración de amor querida
—Petulante, es un petulante
—Pero amas a este petulante, ¿no es así? –dijo Aurelio acercándose
—Sí –dijo besándolo –te amo Aurelio y te amaré siempre
—¿Siempre?
—Siempre
—Ven aquí –Aurelio guio a Julieta hasta el tronco del árbol, sacó una navaja de su bolsillo y trazó un corazón en el tronco del árbol, luego puso las iniciales A y J en el centro y después lo atravesó con una flecha, Julieta no decía nada solo observaba la escena con lágrimas en los ojos –esta es mi prueba de amor hacia ti como esta A mi amor por ti permanecerá en mi corazón hasta el día de mi muerte
—Mi amor, no sé qué decir
—No tienes que decir nada, solo besarme –Julieta acató de inmediato, se besaron como si fuera la última vez, fue un momento mágico para ellos
—¿Sabes? –dijo cuando acabaron de besarse –yo también tengo una prueba para ti
—¿Cuál es? –preguntó interesado
—Te escribí una canción en el piano, se llama Sonata para Aurelio, me aseguré de que fuera eterna, quiero que la escuches
—Pues exijo escucharla en este momento, vamos a tu casa para que la toques para mí y después voy a llevarte a un lugar hermoso que conoces con los sentidos pero no con la vista
—¿Cuál?
—Aquel campo de flores cerca del río donde nadamos, ¿te gustaría?
—No, lo amaría, pero seguro que quieres esperar a que te enseñe la canción para ir
—Es lo que tú quieres y tus deseos son órdenes para mí mi reina -Julieta sonrió y volvió a besarlo, después regresaron a la Hacienda Sampaio para que la pianista tocara, cuando llegaron, Julieta le pidió que se sentara en un sillón mientras ella se acomodaba frente al piano, respiró hondo y comenzó a tocar esa melodía que con tanto amor y esfuerzo compuso para Aurelio, las notas sonaban en el ambiente y lo llenaban de luz y serenidad, el médico estaba fascinado con la melodía de su novia, estaba conmovido, en cada nota sentía el amor de Julieta hacia él, no había mayor prueba de Julieta que esa, cuando terminó la música se se sentó junto a ella en la silla y le dijo:
—La hiciste para mí
—¿Te gustó?
—No
—¿No? –exclamó asustada Julieta
—Me encantó mi amor –dijo besándola –gracias
—No es como el corazón en el tronco
—Sí lo es, cuando todos lo escuchen, recordarán nuestra historia, te amo
—También yo ¿vamos a la cascada?
—Vamos, pero primero tendremos que pasar por alguien muy importante
—¿Quién?
—Basil, no podemos ir sin él
ESTÁS LEYENDO
Ojos de amor
FanfictionJulieta Sampaio era conocida en todo Brasil como la Reina del Piano llevaba una vida muy feliz con sus padres Manuel y Regina y su novio Osorio, hasta que, después de un recital, sufre un accidente donde pierde la vista, después de eso todo cambia...