Capítulo 22

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Julieta abrió los ojos una mañana y vio un sobre junto a su almohada, lo abrió y sacó una tarjeta que decía:

Buenos días mi amor, ojalá hayas dormido bien

no pude estar a tu lado por una buena causa. Tengo

una sorpresa para ti y para descubrirla deberás

seguir pistas. Esta es la primera, arréglate y en el

comedor encontrarás la siguiente.

Con amor Aurelio. P.D: ponte tus botas de montar, las necesitarás

Julieta sonrió mientras se preguntaba qué estaba tramando su novio, Aurelio había actuado muy extraño desde su regreso al valle hace cuatro días, Victoria y Afranio también, parte del misterio estaba develado, tenían un plan y al parecer era el momento de descubrirlo.

Después de bañarse, vestirse y colocarse sus botas de montar, bajó a desayunar, ansiosa por encontrar la próxima pista, pero cuando llegó al comedor no encontró a nadie, solo a Mercedes recogiendo los platos del desayuno.

—Buenos días señorita –saludó la empleada

—Buenos días Mercedes, ¿dónde están mis papás?

—Salieron hace poco, los señores Cavalcante los invitaron a un paseo –perfecto ahora no solo Aurelio, con sus suegros, ahora también sus papás actuaban extraño, ellos nunca la habrían dejado tomando el desayuno sola -¿le sirvo su desayuno?

—Sí –contestó mientras buscaba otra pista

—¿Qué busca señorita? –le preguntó Mercedes al verla buscando debajo de la mesa

—Mercedes, ¿no has visto un sobre o algo parecido?

—No nada, ¿por qué? ¿Es importante?

—Quisiera decírtelo pero ni yo misma lo sé –dijo sentándose –sírveme el desayuno por favor

—Por supuesto señorita

Julieta estaba desconcertada, no veía ninguna pista, ¿por qué Aurelio dijo que había una en el comedor? Si era una broma no le parecía divertida, pero la respuesta llegó cuando terminó de comer pues Mercedes se acercó con un sobre

—¿Qué es esto?

—La pista que estaba buscando, el señor Aurelio me pidió que se la diera en cuanto terminara su desayuno –contestó sonriendo

—Mercedes, ¿qué está pasando? Dime –preguntó mientras tomaba las manos de la sirvienta

—Lo siento señorita, no puedo decirle, sus padres me amenazaron con despedirme si hablaba, solo puedo adelantarle que lo disfrutará cuando llegue al final, con permiso

Julieta abrió el sobre cuando Mercedes se fue y adentro encontró la segunda tarjeta, escrita con el puño y letra de Aurelio.

Ojalá hayas disfrutado el desayuno.

El mismo de nuestra primera comida

cuando estuviste en mi casa, ahora

para seguir con la aventura, ve al lugar

donde conociste a Emperador.

Con amor Aurelio.

—El lugar donde conocí a Emperador, debe referirse al establo de la Hacienda Oro Verde –Julieta se levantó con ambas cartas y fue al establo a buscar a Soberano, era increíble cómo Aurelio la conocía al pedirle usar sus botas de montar, sabía que preferiría ir en su amado caballo al destino mandado, tanto que estaba ensillado cuando llegó:-vamos amigo, veamos qué planea mi novio, montó a Soberano y se dirigieron a la Hacienda Oro Verde para encontrar la siguiente. No había nadie en el establo cuando llegó, solo una tarjeta pegada al portón de la caballeriza y la leyó:

Ojos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora