Capítulo 5

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Dos días después partieron en tren rumbo al valle del café para pasar una larga temporada, hicieron bien en seguir el consejo de Olegario de irse antes de dar el anuncio, pues como el agente predijo, apenas dio el comunicado los periodistas llegaron para averiguar cuánto tiempo sería ese retiro y a dónde iría; sin embargo, no dieron mayores detalles, solo que Julieta no quería ser incomodada, los periodistas quisieron saber sobre el estado de la pianista, pero solo consiguieron un portazo y que los empleados a cargo de la casa en ausencia de sus patrones llamaran a la policía.

A pesar de que no podría ver los paisajes del Valle, estaba feliz por estar en camino, estuvo tan ocupada componiendo que no había ido en los últimos dos años y ahora debido a una situación adversa volvía, a veces se preguntaba en dónde estaría si en vez de haber ido con Tião, se hubiera montado en el auto con sus padres y Osorio, seguro habría estado sentada frente al piano de su casa tocando alguna canción conocida o componiendo una nueva para el próximo concierto, pues en cada recital hacía un estreno, talvez en una firma de autógrafos talvez en casa de su novio conversando con su suegra, doña Luciana, antes de partir envió una carta diciendo a dónde iría para que en cuanto pudiera y quisiera su novio fuera a verla, necesitaban aclarar su relación y decidir qué harían a partir de entonces.

-Ojalá Osorio haya recibido la carta y venga a verme, necesito al menos sentirlo -dijo mientras iban en el tren

-Lo sé amor, estoy segura de que vendrá a verte -dijo Regina viendo a su esposo no muy convencida

-¿Ansiosa por llegar al valle? -dijo Manuel para cambiar la conversación

-Sí, ya quiero respirar el aire puro y sentir la brisa en mi cara, descansaré más en nuestra mansión del valle que la ciudad.

-Tienes razón, quizás podamos encontrar antiguos amigos, ojalá Victoria haya vuelto de Europa

-No

-¿Qué pasa Julieta?

-Mamá, papá, no quiero que nadie me vea mientras estemos en el valle, a parte de los empleados

-¿Por qué? -preguntó Regina

-Simple, no quiero que nadie sepa de mi condición, es un pueblo pequeño, si quieren ver a alguien háganlo fuera o mientras esté en mi cuarto

-¿Planeas quedarte todo el tiempo encerrada en la casa? -dijo Manuel incrédulo

-Si es necesario, sí, solo saldría al balcón para tomar el sol y al establo para estar con Soberano

-Julieta, no puedes alejarte del mundo, aún eres muy joven y tienes la vida por delante -dijo Regina

-Y estoy ciega, no quiero la lástima de nadie

-Nadie ha sentido lástima por ti

-Mamá, percibo sus miradas en mí, soy ciega pero no tonta

-¿Sabes lo que tu madre y yo deseamos? Que dejes de compadecerte a ti misma

-Yo no me compadezco

-Claro que sí -dijo Regina -con tu actitud y no vamos a permitir que te conviertas en una aislada social, no te queremos encerrada en tu cuarto, si es necesario cerraremos la puerta con llave durante el día

-No pueden hacerlo

-Claro que podemos, cuando lleguemos al valle descansaremos pero a partir de mañana aprovecharemos cada minuto del día

-No puede ser que me estén tratando como a una niña

-Pues no te portes como una, Julieta no pienses que lo hacemos para molestarte solo queremos tu bienestar, te darás cuenta de que si te relacionas con otras personas, lo pasarás muy bien

Ojos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora